Bélgica impotente ante tráfico de cocaína desde América Latina
BÉLGICA. — Explosiones de granadas, tiroteos e incluso raptos de niños. El tráfico de droga en la región de Amberes (norte), proveniente de América Latina, genera una criminalidad cada vez más violenta ante la impotencia de las autoridades belgas, se informó este sábado (03.10.2020).
Segundo puerto de mercancías de Europa después de Róterdam, Amberes es la principal puerta de entrada de la cocaína en el continente, debido a su mayor vínculo comercial con América Latina. La droga suele llegar escondida en cargas de frutas o en las paredes de los contenedores de Brasil, Ecuador y Colombia.
A la vista de la tendencia actual (cerca de 40 toneladas de cocaína incautadas a fecha de 30 de septiembre), el último récord anual de 61,8 toneladas podría volver a batirse en 2020.
Una cifra a la que hay que sumar las casi 70 toneladas interceptadas en América Latina con destino a Amberes. Sin olvidar la estimación de la ONU, según la cual «las incautaciones solo representan un 10% de lo que entra en el país», precisa Kristian Vanderwaeren, administrador general de aduanas de Bélgica.
El gramo de cocaína se vende a 50 euros (58 dólares), lo que supone ganancias potencialmente astronómicas para las redes que controlan este tráfico, así como el rápido desarrollo de una economía paralela para blanquear estas cantidades: en coches de lujo, pequeños comercios e incluso en el sector inmobiliario.
En Amberes, «el dinero del crimen se ha infiltrado en la ciudad», dice Vanderwaeren. Y en el kilométrico muelle del puerto «se pueden ganar rápidamente 80.000 euros (unos 94.000 dólares) recuperando bolsas», añade. «Agentes de aduanas ya fueron condenados por haber trabajado con la mafia», recuerda.
(PUBLICADO EL 03/10/2020 /AFP)