Los camioneros en Chile terminan la huelga tras un acuerdo con el Gobierno
SANTIAGO, CHILE. — Los transportistas llevaban siete días de cese de actividades y habían protagonizado cortes de carreteras en todo el país para pedir más seguridad e inversión en las rutas hacia el sur de Chile, región en la que han sufrido constantes ataques en el marco del conflicto mapuche.
El acuerdo entre el Gobierno chileno y los sindicatos de camioneros del país pone fin a una huelga de siete días que amenazaba con cortar suministros básicos a determinadas zonas de Chile. Los trabajadores exigían al Ejecutivo de Sebastián Piñera una mayor seguridad en las carreteras del sur del país, principalmente en la región de La Araucanía, epicentro de los ataques sufridos por los transportistas en el contexto del conflicto mapuche.
«Hemos llegado a un acuerdo en todas nuestras peticiones», anunció el presidente de la Confederación Nacional del Transporte de Carga (CNTC), José Villagrán, que se reunió en la víspera con los ministros de Economía, Transporte y Hacienda.
Según un comunicado oficial, el pacto incluye una inversión de 5.600 millones de pesos chilenos (alrededor de 7 millones de dólares estadounidenses) en infraestructura policial para combatir la peligrosidad en varias regiones del sur del país y programas de apoyo e indemnizaciones a las familias de los conductores afectados.
El anuncio finalizó las arduas negociaciones entre el Ejecutivo y los camioneros, que exigían soluciones concretas para el problema de inseguridad que existe en La Araucanía, a unos 600 kilómetros de Santiago, y en otras regiones del sur donde aumentaron los ataques incendiarios a camiones.
La causa de la huelga es un problema de larga data. Desde hace décadas se vienen presentando enfrentamientos entre integrantes de las comunidades mapuches y las compañías agrícolas que buscan explotar las tierras que los primeros defienden como áreas de valor ancestral.
Aunque lo obtenido es considerado como una victoria, los transportistas buscaban, en un principio, presionar al Parlamento chileno para aprobar varias leyes que planteasen modernizar la institución policial, endurecer penas por delitos de robo o quema de camiones y reconsiderar la pena de cadena perpetua, entre otras cuestiones.
La huelga provocó una parálisis en el país
A pesar de la corta duración de la huelga, la coordinación de los trabajadores ha sido muy alta a la hora de cortar las principales fuentes de suministros, puertos y hasta 50 carreteras con dirección a Santiago. Los efectos del desabastecimiento ya se empezaban a notar en algunos productos, como la gasolina.
La demora en las negociaciones entre ambas partes impacientó a varios miembros de la oposición que amenazaron con iniciar una «acusación constitucional» contra el ministro del Interior, un proceso parlamentario que puede desembocar en la destitución o inhabilitación para ejercer el cargo público del acusado.
Durante las protestas, se desató una importante polémica porque, según las autoridades, los camioneros manifestantes estaban desacatando las restricciones ordenadas para frenar la propagación del brote de Covid-19, tales como la prohibición de aglomeraciones y la imposición del toque de queda.
«A partir de esta tarde vamos a regresar a buscar mercadería y vamos a volver a todos los supermercados para abastecer lo que está faltando. Si hemos hecho algún daño, pedimos perdón», agregó el líder de la CNTC, organización que lidera la protesta.
La muerte de un camionero el pasado marzo a consecuencia de un ataque incendiario por parte de un grupo de encapuchados y el ataque que sufrió hace dos semanas una niña que recibió disparos durante un robo al camión en el que viajaba con su familia fueron los detonantes para iniciar el paro.
(PUBLICADO EL 02/09/2020/EFE)