Analizan investigadores alimentos de origen marino como posibles fuentes de fármacos
HERMOSILLO, SONORA. MX. — Alimentos de origen marino como posibles fuentes de fármacos, analizan desde hace años investigadores de la Universidad de Sonora, habiendo logrado ya identificar moléculas en la tinta del pulpo y el músculo de camarón, con potencial de ser propuestos para mayor y futuro estudio como posibles fármacos, informó Armando Burgos Hernández.
“La investigación que hemos estado desarrollando en el Departamento de Investigación y Posgrado en Alimentos (DIPA), en el uso de una u otra fuente de origen marino, ha sido un trabajo en el que me ha tocado colaborar, ya desde hace más de 22 años, en la búsqueda de este tipo de compuestos, en diferentes organismos de origen animal marino”, expresó.
En entrevista con Francisco Javier Parra Vergara en reciente emisión del programa Alimentación: problema de nuestro tiempo, el investigador recordó que iniciaron con la investigación toda vez que querían encontrar compuestos con potencial de ser utilizados como posibles fármacos para la prevención y/o tratamiento del cáncer.
De esta forma, precisó, iniciaron las investigaciones en organismos animales de origen marino, como posibles fuentes de este tipo de compuestos, debido a los antecedentes revisados que indicaron la posible existencia de este tipo de compuestos en peces, por ejemplo, los peces de aleta, que fueron los primeros en utilizar.
“Empezamos a buscar este tipo de compuestos en esos organismos, posteriormente, avanzamos a otros alimentos como lo es el camarón, pasamos al pulpo, al calamar y, posteriormente, fuimos también a buscar compuestos en los subproductos provenientes de la producción comercial de estos organismos.
“Primeramente, nos habíamos centrado en la parte comestible, en lo que nosotros consumimos a partir de estos organismos, pero después, dijimos, bueno, hay una gran cantidad de material que se desperdicia, considerados subproductos en este tipo de pesquerías y son materiales que pudieran ser aprovechables también”, explicó.
Burgos Hernández reiteró que el mundo marino representa una fuente muy rica, tanto que aún hay mucho por descubrir en ese ambiente. “Esto nos llevará como humanidad, como investigadores de esta área, años y años para poder descubrir este y otros tipos de compuestos, pero eso lo hace emocionante y quizá también muy esperanzador”.
Agregó que ha estado trabajando con el Cuerpo Académico de Compuestos Naturales Bioactivos y Microbiología Alimentaria, así como con compañeros de otros departamentos y grupos de investigación de la Universidad y de otros países, lo que les ha permitido avanzar de manera importante.
“Después de 22, 23 años, finalmente hemos podido aislar un compuesto en la tinta del pulpo y otro en el músculo del camarón con el apoyo también de los muchachos tesistas doctorales, pues ellos lograron caracterizar, finalmente conocer la molécula y uno de ellos logró sintetizar esa molécula.
“Eso ha significado, definitivamente, los resultados más recientes que constituyen el poder contar con al menos una molécula que, a partir de este momento, podemos ya no tener que obtenerla en sí del organismo, ya no tenemos que ir a capturar al pulpo u obtener pulpo y extraer la tinta. Ahora ya podemos sintetizarlo y continuar con la investigación”, detalló.
Es por ello importante señalar que estas moléculas bioactivas se encuentran en cantidades extremadamente pequeñas en estos organismos, por lo que el consumo de estos alimentos no es lo que proporcionará una prevención o protección contra enfermedades como el cáncer, sino que se estudian como una fuente de moléculas potencialmente útiles para ello.
Resaltó la importancia de publicar la información que se genera a partir del proceso de obtención de los extractos, de obtención de las moléculas y la caracterización de las mismas para que sea útil a otros grupos de investigadores que dominen o practiquen otro tipo de metodologías como serían los estudios in vivo, pues, finalmente, después de estudios sumamente necesarios como los de viabilidad y toxicidad que deben llevarse a cabo, podrían incluso alcanzar a ser probados en humanos en ensayos pre-clínicos y las distintas fases de los estudios clínicos entonces, pensar en tener un producto que pudiera salir al mercado y ser utilizado como tal, como un fármaco para la prevención y/o tratamiento para el cáncer.
“Definitivamente creo que toda la investigación que va haciéndose se publica y la información queda registrada y queda disponible para otros investigadores de la comunidad internacional y no tener que iniciar de cero cada vez que se está tratando de empezar con otra investigación”, añadio.
(Publicada el 01/03/2022)