ASUNTO EDUCATIVO. La Reforma Educativa, brújula sin rumbo
01022016. HERMOSILLO, SONORA.MX.— Con extraordinario júbilo reaccionó la Asamblea Magisterial de Sonora al observar que la convocatoria lanzada a los docentes de todos los niveles educativos, madres, padres de familia, estudiantes de las diferentes regiones de la entidad y público en general, haya fructificado en una notable asistencia a la conferencia magistral impartida por el investigador de El Colegio de México, Dr. Manuel Gil Antón, denominada “Por la Educación que México Necesita”, encontró en sus destinatarios la correspondiente resonancia en el marco de una Reforma Educativa completamente punitiva.
En este contexto, el anterior fin de semana -29 de enero de 2016-, el Centro de las Artes de la Universidad de Sonora, lució al máximo de su capacidad, presentes estuvieron los dirigentes de diversas organizaciones sindicales, entre ellas, el Secretario General del Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora (STAUS), el Srio. General de Telefonistas, el Delegado de la Convención Nacional Popular, Sección Sonora, el representante de las autoridades tradicionales de Loma de Bácum de la tribu Yaqui, todos expresando su apoyo al magisterio nacional en general y en lo particular al sonorense en contra de las disposiciones del gobierno federal y sus homólogos en los estados.
El Dr. Javier Quintanar Gálvez, señaló: “La actual reforma no es educativa, sino administrativa solo refuerza la burocracia del gobierno y la amenaza sobre el magisterio a través de exámenes estandarizados que no evalúan la situación real en las aulas”.
El Dr. Manuel Gil Antón*, manifestó: “Habrá una reforma cuando todos comprendan que las personas más importantes en la educación, son aquellas que nos enseñan a leer, escribir y a construir las estructuras cognitivas y, esos son los maestros del sistema básico…”.
Añadió, “es oprobioso que la reforma educativa esté basada en la estigmatización del magisterio nacional y, que a través de un examen estandarizado pretendan medir las capacidades de los maestros; el cual, no reúne los elementos técnico necesarios para ser aplicado y que ni siquiera fue piloteado”. “Esta no es una reforma orientada por la educación, sino por otros motivos…”
Gil Antón, agregó:
“agradezco a todos los maestros que me hicieron leer, escribir, pensar y preguntar…”
En la reseña de «La educación que México necesita. Visión de expertos» (Todd, L. E. & Arredondo, V./2007), el eje de análisis sobre la educación pública, apunta a un sistema burocrático ineficiente, de baja calidad de la educación, y a los altos niveles de deserción; estos últimos, vinculados, según los imaginarios sociales, a problemas cognitivos de los estudiantes, a la poca flexibilidad de los planes de estudio, así como a la ausencia de innovaciones curriculares que resulten atractivas para los estudiantes y que se desarrollen de manera paralela a las competencias que el mercado laboral, en la sociedad del conocimiento.
Los análisis de los especialistas centran su atención en las dinámicas que contribuyen a reproducir algunas de las problemáticas anteriores. En la medida que aplican criterios científicos, intentan aproximarse –aunque algunas veces sólo de manera tangencial–, a los mecanismos que generan las deficiencias educativas, y despojarlos de la explicación unívoca, o casi exclusiva, bajo la cual se expone que las diferencias educativas son diferencias cognitivas, diferencias de capacidades, disposiciones o actividades ante el trabajo escolar.
Sin lugar a duda, el sector educativo atraviesa por sendas cargadas de turbulencias, hablar de educación implica abordar el tema de la actualización de planes y programas de estudio de las instituciones formadoras de docentes, de escuelas con infraestructura física en pésimas condiciones, aulas desprovistas de herramientas pedagógicas que fortalezcan el proceso enseñanza – aprendizaje, grupos numerosos -ciertamente por encima de la capacidad original, que deriva de las múltiples recomendaciones que suelen realizar las “autoridades” apostadas en las oficinas centrales de la dependencia educativa local-, de cubrir los elementos mínimos de accesibilidad, de disminuir el número de alumnos por aula, de plantillas de docentes “incompletas” y derivado de ello, de alumnos que sufren la afectación de su derecho a la educación, de disminuir el número de alumnos por aula, entre otras…
“La reforma educativa impulsada, hace un par de años, establece que el Estado garantizará la calidad de la educación, aunque lamentablemente se están destinando más recursos en evaluaciones que en programas de formación y actualización” para los profesores,
Ciertamente, la reforma educativa –que dista mucho de serlo-, sólo ha generado una crisis educativa mayor a la que anteriormente existía y, los propulsores de esta aberración sólo han demostrado su total incompetencia, su falta de idoneidad, su carencia de visión y nulo conocimiento del Sistema Educativo Nacional.
En paralelo, el magisterio experimenta momentos de angustia, amenazas latentes de despido, inestabilidad emocional ante la incertidumbre laboral que descansa sobre sus hombros, lo peor, sólo han acatado las disposiciones que el gobierno federal ha impulsado a través de la dependencia educativa federal, cuyo antecedente más antiguo se encuentra en el “Ministerio de Instrucción Pública e Industria”, creado mediante la expedición de las las Bases de Organización para el Gobierno Provisional de la República, el 28 de septiembre de 1841.
Pero… ¿qué es la educación?
Para la UNESCO, la educación es un bien público y un derecho humano del que nadie puede estar excluido, el Estado debe adoptar un rol garante para proveer escuelas y programas suficientes a lo largo del país que sean accesibles a todos; establecer estándares de calidad para todas las escuelas y programas; fortalecer la calidad de la educación pública en la reducción de las desigualdades y en el fomento de la cohesión social; y establecer normativas que eviten la discriminación, fortaleciendo los sistemas de garantía existentes para exigir el derecho a la educación sin discriminación.
Asegurar a todos los ciudadanos una educación de calidad y fomentar la integración de estudiantes provenientes de distintos contextos sociales y culturales es una poderosa herramienta para el desarrollo humano de los países y la cohesión social, fundamentos de una sociedad más justa y democrática.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en la revista “Toda persona tiene derecho a la educación” (2011), señala: “Los docentes contribuyen a la autonomía de las personas, la construcción de la paz y el desarrollo de las sociedades, pero muchos de ellos padecen de escasa consideración social, bajos salarios y condiciones laborales deficientes, y tienen que realizar su importante labor en contextos de carencia y peligrosidad”.
*Manuel Gil Antón es Doctor en Ciencias, con especialidad en Metodología y Teoría de la Ciencia, por el Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (CINVESTAV) en 1995. Maestro en Ciencias Sociales, con Especialidad en Sociología, en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), sede México, en 1986. Licenciado en Filosofía por la Universidad Iberoamericana, 1982. Entre 1981 y 2010 fue Profesor e Investigador en la Universidad Autónoma Metropolitana, tanto en la Unidad Azcapotzalco como en Iztapalapa. A partir de 2010 ingresó al Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México.
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