El Camino Real de Tierra Adentro, base de la cultura norteña
CIUDAD DE MÉXICO. MX.— Con la tarea de reflexionar sobre lo que ha representado investigar, conservar y difundir el vasto patrimonio cultural que floreció a lo largo de los caminos reales de Tierra Adentro y de los Tejas, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), conjuntamente con el National Park Service de Estados Unidos, desarrolla el Taller para la Conservación y Divulgación de los Caminos Reales, en Laredo, Texas, del 22 al 24 de junio.
La actividad binacional reúne a investigadores de México y Estados Unidos, de diversas dependencias de gobierno e instituciones de patrimonio cultural y organizaciones no gubernamentales para compartir experiencias y desarrollar nuevas iniciativas de trabajo para la conservación, protección e interpretación de ambos itinerarios, que en el siglo XVI fueron promovidos por la Corona española para extender hacia tierra adentro la conquista militar y espiritual del virreinato de la Nueva España.
La ruta histórica alcanzó lugares lejanos, de clima inhóspito, geografía intrincada, pero ricos en minas de plata. Comenzó entonces el crecimiento de poblaciones a partir de la construcción de presidios, mesones, haciendas y misiones, hasta establecerse importantes ciudades coloniales que aún relumbran con los destellos del preciado metal.
La ruta de los caminos reales semeja una “Y”; la del Camino Real de Tierra Adentro partía de la capital de la Nueva España, hoy Ciudad de México, seguía por los estados de México, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Jalisco, San Luis Potosí, Aguascalientes, Zacatecas, donde se bifurcaba; continuaba hacia Durango y Chihuahua hasta alcanzar El Paso del Norte, Ciudad Juárez-El Paso, Texas. De ahí se prolongaba a Albuquerque y a través de diferentes parajes su trayectoria llegaba a Santa Fe, hoy Nuevo México, en la Unión Americana.
El Camino Real de los Tejas comenzaba en Zacatecas, cruzaba por Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, y llegaba a San Antonio, Texas, en Estados Unidos.
El patrimonio cultural de los caminos reales es incalculable: misiones, presidios, haciendas agrícola-ganaderas, pueblos mineros y ciudades coloniales completas con sus edificaciones para la administración pública, archivos documentales, arte religioso y civil; así como una rica expresión de manifestaciones de música, danza, gastronomía y tradiciones orales, que han sido motivo de investigación y numerosos proyectos de conservación y difusión en ambos lados de la frontera, y son la base sustantiva de la cultura del norte.
El antropólogo José Luis Perea, director del Centro INAH-Sonora y uno de los coordinadores del taller, recordó que desde 1994, con el apoyo de la directora general de INAH, Teresa Franco, el instituto, con varias dependencias de Estados Unidos, emprendió una colaboración binacional para la investigación, conservación y difusión del patrimonio cultural de esta ruta histórica. Al programa se le denominó El Camino Real de Tierra Adentro.
En dicho esfuerzo de cooperación han participado un colectivo de investigadores, organismos civiles, autoridades y población de distintos municipios de ambos países; se han producido convenios y proyectos con National Park Service (agencia federal estadounidense encargada de la gestión de los parques y monumentos nacionales y otros lugares protegidos), Bureau of Land Management (agencia de gobierno estadounidense para la administración de la tierra), la Universidad de Nuevo México, en Albuquerque; la Universidad del Paso, en Texas, y la Oficina de Asuntos Culturales de Nuevo México.
El programa también ha propiciado el trabajo conjunto entre los gobiernos de estados involucrados con el Camino Real, como Chihuahua, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, Guanajuato, San Luis Potosí y Querétaro.
La experiencia generada, dijo Perea, prefigura la oportunidad de construir la ruta histórica como un modelo de itinerario cultural con reconocimiento internacional, un compromiso de conservación en términos de valor, autenticidad e identidad en el patrimonio cultural y los intereses de su aprovechamiento sostenible.
En este marco, el INAH y National Park Service organizan el Taller para la Conservación y Divulgación de los Caminos Reales, que durante tres días, del 22 al 24 de junio, analiza los antecedentes, logros, la situación actual y nuevos planes para potenciar la conservación y protección de estas rutas históricas.
Uno de los resultados que se esperan del trabajo binacional, adelantó, es la retroalimentación, el intercambio de experiencias y métodos de planeación, interpretación, manejo de datos y protección de los caminos reales que conectan ambos países otrora partes de un mismo virreinato.
Entre los logros del programa en 22 años, están el desarrollo de proyectos de arqueología prehispánica e histórica, historia y antropología en torno a la ruta, la realización de 10 coloquios académicos de carácter internacional, talleres de conservación de arquitectura de tierra, un catálogo de monumentos históricos, la colocación de señalización histórica en Aguascalientes, Zacatecas, Durango y Chihuahua, cinco talleres de turismo cultural, la edición de publicaciones académicas, exposiciones históricas y artísticas del Camino Real.
Además se conformó un centro de documentación, se creó un plan de manejo del itinerario cultural y una Comisión Especial de la Conferencia Nacional de Gobernadores, para el seguimiento de las acciones conjuntas. También, en 2010, se logró la inscripción del Camino Real de Tierra Adentro en la Lista de Patrimonio Mundial, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.