Nov 28, 2024

¿Cómo logró China parar la pandemia del coronavirus?

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El gigante asiático pasó de ser la mayor víctima de la pandemia a darle lecciones al mundo sobre cómo superarla. Estas son las acciones que tomó ese país para frenar la mayor amenaza que ha tenido la humanidad en tiempos recientes.

 

 

 

Mientras en el mundo sigue creciendo el miedo por cuenta del coronavirus, China lanza este jueves una luz de esperanza. El gigante asiático reportó que por primera vez no reportó ningún caso nuevo de contagio de esta enfermedad.

 

Wuhan, la ciudad en la que nació el virus, comienza a salir de la etapa más oscura de su historia. Con 11 millones de habitantes enclaustrados, este lugar se detuvo en el tiempo, dando a sus amplias avenidas un aire fantasmal. Cada microbarrio está bloqueado detrás de barricadas infranqueables construidas precipitadamente y vigiladas las 24 horas.

 

 

Las pocas personas que se aventuran al exterior deben pasar controles sanitarios y someterse a una toma de temperatura para regresar a sus hogares. Un ejército de voluntarios de los comités de barrio -correa de transmisión de las órdenes del poder a nivel residencial- vela por el estricto cumplimiento de las medidas de confinamiento.

 

Proveedores y vendedores abastecen estos enclaves urbanos haciendo pasar bolsas de productos alimenticios a los clientes al otro lado de las barreras. Y moverse dentro de la ciudad es una misión imposible. Importantes barreras móviles de plástico o de metal fueron colocadas en los cruces estratégicos. Pero el día en que las barreras de Wuhan caigan definitivamente no parece muy lejos. Por primera vez desde enero, la ciudad donde se registró la inmensa mayoría de las 3.245 muertes chinas no informó de ninguna nueva infección por el coronavirus. Y eso en China ha traído un júbilo que no se vivía en años.

 

 

Algunas restricciones en la circulación están empezando a relajarse. En los llamados barrios «sin riesgo epidémico», los habitantes pueden volver a desplazarse dentro de sus edificios, siempre que no se reagrupen. También se permitió el reinicio de las actividades de algunas empresas esenciales.

 

 

¿Cómo lo logró China?

 

 

Desde el miércoles, el número de personas muertas en el resto del mundo es superior a los decesos en China. Este jueves el ministerio chino de Salud anunció cero contaminación de origen local, un logro que marca el inicio de una nueva etapa. Otro dato optimista, en las últimas 24 horas China registró solo ocho muertos, totalizando 3.245 desde el inicio de la epidemia. En cambio, las autoridades anunciaron 34 personas contaminadas provenientes del extranjero, una cifra récord. Se trata en la mayoría de los casos de chinos que regresan de países duramente golpeados por el nuevo coronavirus. Los casos importados son en total 189. China, el país mas afectado por la COVID-19, suma 80.928 contagiados, de los cuales 87% se curaron.

 

 

«No debemos permitir que se revierta la tendencia positiva obtenida mediante grandes esfuerzos», advirtió el miércoles el presidente chino Xi Jinping en una reunión del Partido Comunista de China (PCC). Para evitar que los viajeros procedentes del extranjero reactiven una epidemia que parece controlada, el gobierno chino decidió imponer una cuarentena obligatoria a todas las personas que llegan al país.

 

 

En Pekín, todos los viajeros son recluidos en hoteles de cuarentena, salvo las personas que viven solas, los menores y las mujeres embarazadas, que pueden cumplir el confinamiento en su domicilio. Pero China, que tardó en reaccionar cuando apareció el virus en diciembre, desea ahora prevenir el riesgo de una segunda ola proveniente del exterior, ayudando a los países más afectados por el nuevo coronavirus.

 

 

El miércoles, China entregó un millón de mascarillas a Francia, anunció el ministro francés de Relaciones Exteriores Jean-Yves Le Drian. En el primer avión que llegó a Francia con ese preciado cargamento también había trajes de protección y guantes médicos, precisó el embajador chino en París, Lu Shaye.

 

 

La semana pasada, China ya había enviado 1,8 millones de mascarillas para España e Italia, los dos países europeos con mayor cantidad de víctimas mortales. La presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, anunció el miércoles que China iba a enviar próximamente una gran cantidad de suministro médicos. El material incluye dos millones de mascarillas quirúrgicas, 200.000 mascarillas de tipo N-95 (que protegen de la contaminación) y 50.000 test de detección.

 

Italia, país europeo más golpeado, beneficia desde hace semanas de material y de la presencia de expertos chinos. El lunes, el presidente Xi Jinping prometió al jefe del gobierno italiano, Giuseppe Conte, en una conversación telefónica, que la ayuda china no va a cesar. Especialistas chinos también viajaron a países fuera de la Unión Europea, como Irán o Irak, y otros se desplazarán pronto a Serbia. Las autoridades sanitarias chinas comparten además su experiencia y aconsejan a través de videoconferencias.

 

 

El sector privado chino también participa en la campaña de ayuda. Alibaba, el gigante del comercio en línea, envió a través de su fundación, mascarillas a Francia, España e Italia. China intenta restaurar su imagen dañada al comienzo de la pandemia y manifestó su «indignación» después de que el presidente estadounidense Donald Trump calificara al nuevo coronavirus de «virus chino».

 

 

La guerra que enfrenta el mundo

 

Para luchar contra este «enemigo de la humanidad», como lo calificó la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ya contagió a casi 210.000 personas y mató a más de 8.700, Europa y Estados Unidos anunciaron cientos de miles de millones de ayuda pública. El jueves, las principales bolsas europeas, que en estos últimos días han tocado fondo, parecían acoger con cierto optimismo estos anuncios y abrieron en positivo.

 

 

El covid-19 sigue avanzando sin distinguir clases sociales, razas o continentes. El negociador europeo para el Brexit, Michel Barnier, anunció este jueves que dio positivo por el nuevo coronavirus. «Estoy tan bien como puedo estar, confinado estrictamente en mi domicilio», explicó en un video subido a su cuenta en Twitter. Italia, con casi 3.000 muertos, es el país europeo más golpeado por la pandemia, que ya es más letal en Europa que en Asia.

 

 

Una semana después de entrar en vigor el confinamiento de la población, el país transalpino registró el miércoles 475 decesos en 24 horas, el peor balance diario en un solo país, incluso más que las cifras chinas en el auge de la propagación en Wuhan, primer epicentro de la epidemia.

 

 

Un efecto dominó en el mundo

 

 

El coronavirus también causó su primer muerto en África subsahariana, en Burkina Faso. África tiene que «despertarse» y «prepararse para lo peor», advirtió el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Rusia también registró su primera víctima mortal por el COVID-19.

 

 

Por otra parte, España, con casi 14.000 contagios y 600 fallecidos, es el cuarto país del mundo más castigado por la epidemia, que llevó al gobierno a declarar el estado de alarma y decretar una cuarentena casi total. El miércoles por la noche, el rey Felipe VI pidió unidad a los españoles en tiempos complicados para el país, en un discurso televisado. Durante su comparecencia, en ciudades como Madrid y Barcelona, numerosos vecinos protestaron contra la monarquía haciendo repicar cazuelas desde los balcones que estos mismos días utilizan para homenajear al personal médico entregado a combatir el coronavirus.

 

 

En Reino Unido, donde se superó el umbral de los 100 muertos, las autoridades ordenaron el cierre de las escuelas a partir del viernes. Según la Unesco, más de 850 millones de jóvenes en todo el mundo, o casi la mitad de los alumnos y estudiantes, tienen su escuela cerrada. Para intentar contener la propagación del virus, cada vez son más los países que imponen restricciones en los desplazamientos.

 

 

Australia y Nueva Zelanda anunciaron más medidas para limitar el acceso a sus territorios. Israel también cerró sus fronteras a todos los extranjeros, con excepción de los residentes. En total, más de 500 millones de personas están confinadas en sus casas.

 

 

«¡Lo único que me angustia, es el silencio!», decía el octogenario Roberto Fichera en Roma. «No se oye un ruido, ni un coche, las calles están vacías… Cuando sales a andar y oyes unos pasos detrás, casi tienes miedo y te das la vuelta nervioso». En Italia, las medidas de confinamiento, previstas hasta el 3 de abril, serán «prolongadas», anunciaron las autoridades.

 

 

La vecina Francia, cuyos habitantes sólo pueden salir de sus casas para ir al supermercado, al médico o a trabajar cuando no es posible hacerlo a distancia, «muy probablemente» también prolongará estas medidas más allá de los 15 días previstos inicialmente. En Alemania, donde se confirmaron más de 10.000 casos, la canciller Angela Merkel pidió a sus conciudadanos que siguieran las recomendaciones de limitar los desplazamientos, «imprescindibles para salvar vidas».

América Latina comienza a vivir los confinamientos

 

En América Latina el virus mantiene su avance, y ya es responsable de más de 1.300 contagios y 10 muertes. Chile, que contabiliza unos 200 casos de contagio, decretó el «estado de catástrofe» y sacó a militares a las calles.

 

 

Además, Colombia y Bolivia anunciaron la emergencia sanitaria. En Argentina, que registró la tercera víctima fatal, se paralizarán durante cinco días los vuelos domésticos, buses y trenes de larga distancia para evitar la circulación interna de turistas.

 

Cuba y Costa Rica registraron sus primeras víctimas fatales a causa de la pandemia, mientras que Nicaragua y El Salvador reportaron sus primeros casos confirmados de contaminación. En Brasil, donde hay confirmados 290 contagios, el presidente Jair Bolsonaro, criticó la «histeria» en las reacciones mundiales frente a la pandemia, pero de hecho dos de sus ministros ya dieron positivo al contagio.

 

Una medida «extraordinaria»

 

En el plano económico, todo funciona cada vez más al ralentí. General Motors y Ford anunciaron la suspensión de su producción de automóviles en Norteamérica. Para el director ejecutivo de Lufthansa, con más del 90% de sus aviones inmovilizados, «el futuro de la aviación» está en peligro sin ayudas públicas.

 

La pandemia podría destruir 25 millones de empleos en todo el mundo, advirtió la Organización Internacional del Trabajo, que instó a tomar medidas «de gran envergadura» para proteger a los trabajadores y reactivar la economía. En este contexto excepcional, el Banco Central Europea (BCE) anunció el miércoles por la noche el lanzamiento de un mecanismo por valor de 750.000 millones de euros para compra de títulos de deuda pública y privada, con vistas a proteger la economía europea del impacto del COVID-19.

 

 

Una iniciativa «extraordinaria», según la titular de la institución, Christine Lagarde, de la que también se alegraron los líderes de la Unión Europea. En Estados Unidos, el presidente Donald Trump, quien durante mucho tiempo parecía no darle importancia a la epidemia, promulgó un plan de ayuda social por unos 100.000 millones de dólares destinado a los trabajadores afectados. La Casa Blanca, además, negocia un plan de estímulo económico que podría alcanzar 1,3 billones de dólares.

 

 

(PUBLICADO EL 19/03/2020 /Con información de AFP)

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