Diseñaron científicos mexicanos tecnología para curtir piel de pescado
CIUDAD DE MÉXICO. MX. — La acuacultura significó para algunas familias de San Luis Potosí la oportunidad de hacer frente a la difícil situación económica, pues con el cultivo de bagre y tilapia, principalmente, empezaron a incrementar sus ganancias al grado que crearon la organización Empresas Acuícolas de la Huasteca e idearon la puesta en marcha de una planta productora.
El proyecto arrancó con la participación de varias instituciones, pero principalmente el Centro de Innovación Aplicada en Tecnologías Competitivas (CIATEC) implementó la tecnología que actualmente permite a los 18 productores de la agrupación comercializar el pescado en filete, nuggets y la piel para ser curtida y fabricar zapatos y otros productos.
La planta procesadora fue concluida en 2016 bajo la directriz tecnológica de los investigadores del CIATEC Martín Calvillo Mares y Yolanda Nieto Urroz, quien en entrevista explica que la tilapia (Oreochromis sp.) soportó muy bien las altas temperaturas de la huasteca potosina por lo que incrementó su producción fácilmente y los acuicultores empezaron a venderla con mucho éxito a pie de granja.
“Como tercer elemento producido en la planta procesadora se pensó en hacer harina para alimento de los propios peces, pero causó algunos conflictos de índole ético y se buscó otro uso. De ahí surgió la idea de curtir pieles de pescado con procesos similares a los empleados para ganado vacuno.
“Sin embargo, el primer reto fue retirar las pequeñas escamas de la piel pescado, pero lo logramos con un proceso especial. También resultó un desafío hacer una tinción uniforme y agradable, así como implementar un proceso de secado distinto por tratarse de piezas muy pequeñas. En cada uno probamos varias tecnologías hasta que obtuvimos los resultados que buscamos”, detalla la maestra en ciencias Nieto Urroz.
Refiere que la piel de pescado se obtiene por piezas aproximadamente de 30 por 10 centímetros, para lo cual el equipo de diseñadores de CIATEC ideó una técnica que permite ir uniendo las piezas para hacer una especie de panel grande del que después se cortan por porciones de acuerdo a los productos a fabricar.
Cabe destacar que la carne de los pescados se comercializa como alimento y la piel generalmente se desechada y termina como fuente contaminante y en algunos casos como foco de infección.
De manera que la implementación de la planta procesadora de tilapia ha sido para la comunidad de San Luis Potosí una alternativa tecnológica que ha generado beneficios económicos, sociales y ambientales. “Debemos hacer conciencias en los piscicultores del aprovechamiento de la piel como producto secundario”, recalca la científica Nieto Urroz.
Aproximadamente el 25 por ciento del peso de cada pescado es piel que se puede aprovechar para curtir en un proceso que no es costoso, es decir, el costo de producción es bajo comparado con otros materiales. La resistencia es similar a la de cualquier otro reptil y en el mercado es considerada exótica para la fabricación de bolsos, zapatos, carteras, cinturones y más accesorios de marroquinería.
“Un par de botas de tilapia se puede comparar en acabado y precio con un par de avestruz. La piel de pescado se puede curtir de manera muy artesanal, y ayudar a comunidades que lo necesiten, o bien llevarlo a procesos industriales con plantas muy tecnificadas. Sin embargo, es importante buscar un mercado de alto valor para el producto, no quedarse en la artesanía y que genere mejores ingresos a los productores”, subraya la maestra Yolanda Nieto.
Destaca que así como se ha implementado la tecnología para curtir tilapia, no representa ninguna dificultad transferirla para aprovechar la piel de otros pescados e, incluso, se han hecho pruebas con la de atún. (Agencia ID)
(Fecha de publicación02052018)