“El coronavirus se contagia en espacios cerrados”
ESTADOS UNIDOS. — “¿Cómo uno se contagia del coronavirus?”, se preguntó el consejo directivo del Washington Post en una columna editorial. A esta altura, casi todo el mundo sabe que una distancia de menos de dos metros entre las personas y una tos o estornudo de alguna de ellas son el vehículo principal que ha permitido al Covid-19 expandirse a todo el planeta.
Pero la pregunta tiene un segundo aspecto que se vuelve esencial cuando la mayoría de los países del mundo comienzan a evaluar cuándo y cómo salir de sus largas cuarentenas que han servido en muchos casos para “aplanar la curva” de contagios pero son insostenibles a largo plazo.
“Los estudios realizados a partir del rastreo completo de contactos – rastreando todos aquellos con los que una persona infectada entró en contacto – están mostrando que los mayores riesgos son los contactos sostenidos y cercanos y los lugares cerrados”, asegura el artículo.
La nota cita un análisis de Muge Cevik, médico especialista en enfermedades infecciosas e investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad de St. Andrews en el Reino Unido, que citó diversos estudios de rastreo de contagios que muestran un “aumento de las tasas de infección en entornos cerrados y conectados, incluidos los hogares, los centros de atención médica, las iglesias, el transporte público y los refugios para personas sin hogar». Cevik agregó que “las interacciones casuales y cortas no parecen ser los principales impulsores de la pandemia, pero la familia y los amigos sí lo son”.
Uno de los estudios citados por Cevik fue realizado en Ningbo, en la provincia chia de Zhejiang. Allí se rastrearon 2.147 contactos de 157 infectados por el nuevo coronavirus. “Los investigadores encontraron mayores riesgos de infección para los amigos, la familia y los parientes; también, mayores tasas de infección entre los que viven con la persona infectada o toman el mismo transporte o cenan juntos”.
Algo similar mostró una investigación realizada en una zona de Chicago, Estados Unidos, donde se detectó un importante foco infeccioso. El contagio de la enfermedad había comenzado en un funeral. Un amigo cercano al fallecido, que estaba infectado y con “síntomas respiratorias suaves”, pasó varias horas juntos a los familiares durante el velorio y compartió una comida con ellos. Unos días después, esa misma persona asistió a un cumpleaños, donde se abrazó y compartió la comida con otras personas. De ese funeral y el cumpleaños, 15 personas se contagiaron y 3 terminaron muriendo.
El editorial del Washington Post también cita el caso de un ciudadano inglés que viajó a Singapur y luego compartió un chalet en Francia con otros 10 turistas británicos y otros 5 británicos que vivían en Francia. De esas 16 personas, 12 terminaron infectadas, una tasa del 75% para los habitantes de ese chalet francés. En un hogar para personas en situación de calle de Boston, la tasa de contagio llegó al 30 por ciento.
“Todos estos ejemplos sugieren que el virus se propaga cuando y donde las personas se congregan, y entre los hogares, la familia y los contactos cercanos”, concluye el editorial. “Esta idea debe ser tenida en cuenta en cada decisión sobre la apertura del país. El problema de romper las cadenas de transmisión del virus sigue siendo urgente e incompleto. Hasta que una vacuna o terapia esté lista, el distanciamiento social, el aislamiento de los enfermos, el uso de máscaras faciales y el constante lavado de manos son absolutamente necesarios”.
(PUBLICADO EL 14/05/2020)