El ejército guatemalteco alerta por efectos de la captura de Ismael «El Mayo» Zambada
CIUDAD DE MÉXICO. MX.— La captura de Ismael “El Mayo” Zambada, generaría conflictos a lo interno del cártel de Sinaloa por la disputa de poder, violencia que en las próximas semanas repercutiría en las zonas donde operan los grupos relacionados con esa estructura, lo que agudizaría las migraciones hacia territorio nacional, afirma la Policía Nacional Civil (PNC) y varias organizaciones.
Tras la detención de Zambada, salen a luz distintas versiones sobre su captura y la información extraoficial de fuentes policiales mexicanas apunta a que se entregó a las autoridades, pero también se habla que Joaquín Guzmán López, uno de los hijos del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, habría traicionado a quien fuera socio de su padre a la cabeza del cartel de Sinaloa.
Al parecer, Guzmán López convenció al Mayo Zambada para que viajara con él en un avión con destino al norte de México. Pero la aeronave aterrizó en El Paso, Texas, donde agentes estadounidenses los arrestaron, según la agencia de noticias AFP.
De acuerdo con un informe de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) publicado en mayo, «Los Chapitos», como se les conoce a los hijos de “El Chapo”, libran una batalla interna contra “El Mayo”, quien a sus 76 años no goza de buena salud y habría perdido poder en la organización criminal.
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Reacomodos
Tras la captura de uno de los máximos líderes del cartel de Sinaloa, la estructura tendrá un reacomodo en la línea de dirección, lo cual no será fácil, según
El director de la PNC, David Custodio Boteo, quien considera que la captura de Zambada causará reacomodos y liderazgos improvisados, que derivarán en problemas a lo interno.
“Se considera que esos reacomodos y liderazgos improvisados que puedan surgir, ocasionarían problemas internos. Y ese tipo de violencia recrudecida en Chiapas y lugares fronterizos de ese país y ya está ocasionando la emigración de personas que solicitan asilo”, afirmó.
De la misma forma, el exviceministro de Gobernación, Mario Mérida, sostiene que si bien la guerra será dentro del cártel de Sinaloa, no descarta que aumente la violencia en la línea fronteriza con Guatemala.
“Los conflictos de esta naturaleza estarán más centrados en México y habrá ajustes de cuentas entre ellos, sobre todo si es cierto que hubo una traición por parte de otros integrantes de la estructura y más de alguno querrá tomar el liderazgo. Eso, sin duda generará violencia y no se descartan más migraciones a Guatemala”, explicó.
Recordó que cuando capturaron al hijo del Chapo Guzmán no se sabe qué información pudo haber dado y eso también se consideraría una traición.
Según los testimonios de los afectados, el 19 de julio último, grupos armados se enfrentaron en una comunidad de Chiapas, línea fronteriza con Guatemala y, al día siguiente, sujetos armados ingresaron a las viviendas y desalojaron a las familias de las comunidades sin darles oportunidad de sacar sus pertenencias, por lo que se refugiaron en territorio guatemalteco.
Rosario Martínez, investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), dice que ante el ingreso de familias mexicanas a Guatemala para huir de la violencia, debe existir una “reciprocidad” del gobierno con el vecino país, como existió durante el conflicto armado interno, cuando cientos de familias buscaron refugio en territorio mexicano.
“Ahorita estamos en un limbo, pero las familias deben aplicar al refugio por razones humanitarias o al asilo temporal, mientras se definen las opciones porque muchas de ellas podrían volver a México”, afirmó.
Agregó que, en estos casos, hay familias que se rehúsan a dejar sus hogares y escapar de los grupos armados. Sin embargo, son obligados a trabajar para los narcotraficantes y en el caso de las mujeres deben cocinar y atender a los integrantes de esas estructuras.
“Lo que se sabe es las mujeres también sufren de abusos sexuales”, dice Martínez.
Las autoridades policiales guatemaltecas indicaron que mantienen presencia con 47 agentes en los albergues ubicados en los caseríos Ampliación Nueva Reforma, Monte Rico y Unión Frontera, de Aldea la Laguna, Cuilco, Huehuetenango. En total, 668 agentes se encuentran de manera permanente en Huehuetenango para evitar que grupos armados ingresen por ese departamento.
También se informó que la PNC dio acompañamiento a José Francisco y José Manuel Armando, ambos representantes del consulado mexicano ubicado en Tecún Umán, San Marcos, quienes verificaron un nuevo albergue en Jocotitlán, las Pilas, Cuilco.
El viernes último, “El Mayo” Zambada se declaró «no culpable» de todos los cargos, entre los que figuran narcotráfico, blanqueo de dinero y conspiración para cometer asesinato, según un documento transmitido por su abogado a una corte de El Paso.
Mientras, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, presumió en comunicado de haber asestado un duro golpe al cártel de Sinaloa, «una de las empresas más mortíferas del mundo».
En su rueda de prensa, el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, pidió a Washington «un informe completo» al afirmar que México no participó en el operativo y «tiene que haber transparencia».
También aclaró que no hay «desconfianza» hacia la operación de las autoridades estadounidenses para capturar a Zambada, pero recordó que siempre ha «pedido que haya respeto».
Las actividades en la ciudad de Culiacán, capital de Sinaloa, hasta ayer sábado transcurrían en calma, aunque la secretaría de Defensa envió a dicho estado 200 efectivos de las fuerzas especiales del ejército.
«Vamos a estar alerta, esa es la idea, tener gente suficiente que pueda reaccionar ante cualquier situación que desborde la inseguridad», dijo a periodistas Porfirio Fuentes, jefe militar de la zona, quien no descartó una «disputa» entre las tres facciones que conforman el cártel para asumir el control.
PUBLICADO EL 28 DE JULIO DE 2024 Con información de josé Manuel Patzán /Prensa Libre)
