Escritoras silenciadas: ellas también vivieron y contaron la guerra
MADRID,ESPAÑA.── Durante la Edad de Plata –el período que va desde principios del siglo XX hasta 1936– España vivió una eclosión literaria en la que, además de escritores y poetas famosos, hubo mujeres poetas que lucharon por publicar y fueron reconocidas como autoras, como Rosa Chacel, Ernestina de Champourcín o Concha Méndez.
Al estallar la guerra, estas escritoras se involucraron de manera y en grado diferente en el conflicto, pero al acabar tuvieron que marchar al exilio. A ellas se unirían después otras que vivieron la guerra de niñas, como Nuria Parés y Aurora de Albornoz, para quienes el conflicto supuso la pérdida repentina de la infancia, o de la juventud. A todas les marcó el recuerdo de la España que dejaron y el deseo de volver. Con el tiempo, sus nombres cayeron en el olvido.
En el libro ‘Ellas cuentan la guerra’, la primera antología que recupera los versos de 24 poetas sobre la contienda y sus efectos, el exilio y la posguerra, se rescatan sus nombres, así como el de aquellas que permanecieron en España y fueron ignoradas durante la dictadura, como Carmen Conde, Ángela Figuera, Gloria Fuertes o María Beneyto.
Hay que tener en cuenta que la guerra supuso un enorme cambio para la mujer española. Como recuerda Mary Nash, muchas salieron por primera vez del espacio doméstico para trabajar en la esfera pública. Así, algunas de las poetas trabajaron como enfermeras, editoras de revistas culturales, empleadas en fábricas de material de guerra, organizando bibliotecas y actividades para los soldados u ocupando cargos en la administración.
La mujer adquirió autonomía, libertad y una independencia que no había gozado hasta entonces. Sin embargo, al acabar el conflicto, las poetas que decidieron permanecer en el país también cayeron en el anonimato. Algunas, fueron represaliadas y recurrieron a firmar con seudónimo. Otras, huyendo de la garra de la censura, publicaron sus obras más comprometidas fuera de España. Y muchas, tardaron años en llevar sus versos a la imprenta debido al clima político del país.
La guerra, asunto de hombres
Tradicionalmente las guerras han sido un asunto de hombres. Ellos luchaban en el frente, mientras las mujeres permanecían en la retaguardia. Pero desde esa posición menos privilegiada, ellas también vivieron los acontecimientos bélicos de la guerra del 36 y no fueron ajenas a sus consecuencias. La ansiedad, la lucha por sobrevivir y la amenaza constante de peligro y muerte marcaron las vidas de muchas, traumas de los que tardaron años en recuperarse.
Margaret Higonett afirma que el género también ha afectado a la escritura de la guerra. Para esta historiadora, son los hombres quienes han escrito las crónicas de las batallas y creado los mitos de los héroes. Esto ha perpetuado la idea paternalista de que escribir sobre la guerra es algo propio de ellos.
Fecha de publicación viernes/ 12 / noviembre /2021 / Agencia Sinc