Nov 26, 2024

Fox, el expresidente que se niega a desaparecer de la esfera pública

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AGENCIAS. — Casi 12 años después de abandonar la residencia presidencial de Los Pinos, Vicente Fox, quien puso fin a siete décadas de hegemonía del Partido Revolucionario Institucional , se niega a desaparecer de la esfera pública con constantes mensajes que tratan influir en la política de México.

Sus maneras campechanas, su aspecto de ranchero y sus excesos verbales fueron motivo de alabanzas y críticas durante su mandato como gobernador de Guanajuato (1995-1999) y como presidente de México (2000-2006), el primero del conservador Partido Acción Nacional tras 71 años ininterrumpidos de mandatarios priistas.

Lejos de asumir un bajo perfil de expresidente, Fox quiere mantener un papel protagonista e influir en la campaña de las presidenciales del 1 de julio; y con ese fin, usa todos los medios de que dispone, desde programas de televisión, a la publicación de libros o su cuenta de Twitter.

Su red social se ha convertido en un azote constante contra el candidato izquierdista López Obrador, que lidera las encuestas en la campaña presidencial del 1 de julio, a quien llama “Lopitos” con tono despectivo e incluso no duda en insultarle: “Uleroooo!! Uleroooo!!! Ulerooooooo!!!”.

También ve en López Obrador una especie de reencarnación del mandatario venezolano Hugo Chávez, lo tacha de “mesías tropical” y avisa a los mexicanos de que no lo voten porque, a su juicio, el izquierdista “quiere llevar el país a la chingada (mierda)”.

Los desencuentros entre Fox y López Obrador vienen de lejos, cuando el primero era presidente y el segundo jefe de Gobierno del Distrito Federal, pero se han recrudecido en plena campaña hacia las presidenciales.

López Obrador siempre le ha acusado de intentar acabar con él cuando dirigía la capital mexicana y de haber orquestado un fraude electoral en 2006, cuando el izquierdista perdió las elecciones ante el sucesor de Fox, Felipe Calderón.

En su último desencuentro, López Obrador propuso eliminar la pensión vitalicia que reciben los expresidentes, propuesta que Fox tacho de “vengativa”.

El pasado 16 de abril, un video difundido en redes sociales mostró cómo el exmandatario era increpado durante un viaje en avión por una pasajera que le dijo que López Obrador le iba a quitar la pensión.

Fox sugirió que la pasajera había sido enviada por el candidato izquierdista.

Paradójicamente, el mandatario que echó al PRI de Los Pinos, apoya ahora al candidato presidencial priista, José Antonio Meade, de la misma manera que en 2012 alabó a Enrique Peña Nieto, lo que le valió la expulsión del PAN.

Quien también ha sido víctima de los azotes de Fox es alguien que utiliza diariamente su cuenta de Twitter: el presidente Donald Trump.

Fox le avisó en redes sociales durante la campaña estadounidense: “No voy a pagar tu pinche (jodido) muro”, palabras por las que el mismo Trump exigió una disculpa.

El inquilino de la Casa Blanca, que quiere reforzar la frontera con México, es, de hecho, el protagonista del libro más reciente de Fox, “Sigamos adelante”, en el que rebate los argumentos y los modos de Trump y reivindica “construir puentes” entre México y EE.UU.

En ese libro, Fox se define como el presidente elegido en “la primera elección realmente democrática desde 1929”, y reivindica que durante su mandato viajó “por el mundo para promover la democracia y los intereses de México”.

Su histórica victoria frente al PRI, calificada por algunos analistas como “transición democrática”, fue sin embargo insuficiente por la falta de una mayoría parlamentaria favorable, le impidió aprobar las reformas prometidas en su programa electoral.

Si bien, logró controlar la inflación, el déficit y reducir los niveles de pobreza, dejó un país en el que el problema de la violencia y el narcotráfico iban en aumento, lo que marcaría la Presidencia de Felipe Calderón.

Por ello, la analista política Isbael Arvide relata en su libro “Mis presidentes” sobre Fox que “pocos políticos han desilusionado tanto como él”.

Fox, que ganó las elecciones el 2 de julio del 2000, fecha de su cumpleaños, destacó por “su elitismo de clase superior y sus ideas religiosas”, por lo que recibió un fuerte apoyo de la iglesia Católica, sostiene Arvide.

Justo un año después de su victoria electoral contrajo matrimonio con Marta Sahagún, quien adquirió un enorme protagonismo como primera dama y llegó a coquetear con sus ambiciones políticas hasta la aparición de denuncias sobre supuestos negocios irregulares de sus hijos.

Por entonces, los excesos verbales ya acompañaban a Fox, quien desató la ira del movimiento feminista cuando dijo que México se ha modernizado porque hay menos “lavadoras de dos patas”.

(Fecha de publicación21042018 /EFEUSA)

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