Francisco Sagasti se ha convertido en el tercer presidente de Perú en una semana
LIMA, PERÚ. — Tras una convulsa semana, el Congreso peruano eligió a un nuevo presidente para hacer frente la crisis político-social que atraviesa el país. Este 16 de noviembre, los legisladores votaron mayoritariamente para que Sagasti fuera el nuevo mandatario transitorio en reemplazo de Martín Vizcarra y Manuel Merino, con el encargo de reconducir el país hasta que los peruanos elijan en las urnas a un nuevo líder el próximo 21 de abril de 2021.
Francisco Sagasti se ha convertido en el tercer presidente de Perú en una misma semana, después de que los diputados destituyeran el pasado 9 de noviembre al ya exmandatario Martín Vizcarra y su sustituto, Manuel Merino, renunciara este día 15 ante las presiones de marchas masivas contra todo lo que rodeó su nombramiento.
Las protestas, las más grandes que ha habido en el país desde hace 20 años, principalmente se oponían a que el Congreso hubiese agudizado la crisis política con la destitución de Vizcarra justo cuando Perú atraviesa la peor caída de su economía en un siglo a causa de la pandemia. Para los manifestantes, las decisiones del Congreso solo traían más inestabilidad y lo ideal era mantener a Vizcarra hasta que llegase un nuevo presidente electo, a mediados de 2021.
Y, precisamente, por esas peticiones es que se cree que Sagasti podría calmar las protestas pues su colectividad, el Partido Morado, fue una de las pocas que votó en contra de la destitución de Vizcarra. Incluso, el partido propone que los congresistas se retracten de la vacancia para que Vizcarra pueda volver a su cargo.
Aunque es incierto si Vizcarra ejercerá de nuevo la Presidencia, la idea del Partido Morado termina beneficiando a Sagasti, ya que lo muestra acorde a las peticiones de los manifestantes.
Además, este ingeniero industrial de 76 años –además de autor, investigador, exalto ejecutivo del Banco Mundial y con cargos durante el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada (1968-1980)–, votó él mismo en contra de dicha destitución.
La inestabilidad política que recibe al nuevo líder transitorio de Perú
Pero no todo será fácil para Sagasti. Llega en medio de una profunda inestabilidad política, que comenzó el 9 de noviembre cuando el Congreso destituyó al entonces presidente Martín Vizcarra. El exjefe enfrentó un juicio político en el Parlamento por «incapacidad moral», pues hay múltiples testigos que aseguran que cuando él era gobernador del departamento de Moquegua, recibió sobornos del llamado ‘club de la construcción’ para darles a cambio millonarias licitaciones.
Aunque Vizcarra negó las acusaciones y se defendió diciendo que no era posible que lo destituyeran sin que hubiera una sentencia judicial en su contra, la gran mayoría de los congresistas votaron a favor de su vacancia –que ya era la segunda.
Esa misma noche, Vizcarra abandonó el Palacio de Gobierno y en su reemplazo, el Legislativo designó como nuevo presidente transitorio a Manuel Merino, el entonces presidente del Congreso y uno de los impulsores de la salida del expresidente.
La Constitución peruana dicta que cuando el presidente del país no puede ejercer más sus funciones, su reemplazo inicialmente debe ser el primer vicepresidente o, en su defecto, el segundo vicepresidente o el presidente del Congreso. Fue por eso que Merino asumió las riendas del Ejecutivo, ya que en Perú no había ni primer ni segundo vicepresidente.
Originalmente, Vizcarra era el primer vicepresidente de Pedro Pablo Kuczynski, hasta que en marzo de 2018 asumió la presidencia cuando este renunció antes de que lo destituyeran. Sin embargo, para sí no tenía a un segundo en la línea de mando, ya que Mercedes Aráoz, la entonces segunda vicepresidenta, renunció a su cargo el 1 de octubre de 2019.
Es por esto que en Perú no había las figuras vicepresidenciales para tomar las riendas del Gobierno ante la salida de Vizcarra, y la última opción era el presidente del Congreso, Manuel Merino.
Merino, el mandatario que duró menos de una semana
El Congreso posesionó a Merino el 10 de noviembre en medio del descontento social. Desde que Vizcarra se fue del Palacio de Gobierno en la noche anterior, miles de peruanos salieron a las calles a protestar en contra de las decisiones de los legisladores, y la convulsión política solo se agravó con las decisiones que tomó Merino.
El político de centro-derecha fue visto como la representación de los partidos tradicionales, en contraste con Vizcarra, que no tenía ninguna colectividad que lo respaldara y que llegó al Gobierno con sus discursos en contra de la corrupción.
Además, Merino, en una de sus primeras decisiones de su Gobierno interino, nombró al conservador Ántero Flores-Aráoz como su jefe de ministros. Este abogado de 78 años ya había sido parte de un Gobierno en 2006, pero renunció a su cargo como ministro de Defensa luego de que una larga protesta de indígenas terminara con 34 muertos, de los cuales 24 eran policías y 10 nativos. Al día siguiente del nombramiento de Flores-Aráoz, Merino posesionó al resto de su gabinete: también funcionarios de la línea política tradicional y con pocas mujeres incluidas.
Las decisiones llevaron al estallido social del 12 y 15 de noviembre, cuando se realizaron las dos grandes marchas pidiendo la renuncia de Merino y su equipo. La situación se volvió más álgida cuando en medio de los choques con la Policía, dos jóvenes de 22 y 24 años murieron, según la Fiscalía de la Nación.
La brutalidad policial fue tal que el Ministerio de Salud confirmó que solo en las manifestaciones del sábado hubo 94 heridos, de los cuales 63 fueron hospitalizados. Estos hechos, y las protestas continuadas, forzaron a que todos los ministros le presentaran su carta de renuncia a Merino, como lo reconoció el mismo mandatario horas después.
Luego, el presidente del Congreso, Luis Valdez, le dio un ultimátum a Merino: todos los partidos políticos le pedían la renuncia y si no dejaba el poder de manera inmediata, los diputados comenzarían un proceso de destitución en su contra.
A los minutos de que Valdez anunciara la decisión del Legislativo, Merino dio una alocución presidencial en la que presentó su renuncia irrevocable y aclaró que sus ministros seguirían en el poder hasta que el Congreso eligiera al nuevo gobierno de transición.
El camino para que el Legislativo nombrara a Sagasti
Como Merino llegó al Palacio de Gobierno por ser el presidente del Congreso, los diputados comenzaron un debate para cambiar la Mesa Directiva del Parlamento y con ello quitarle las dos presidencias a Merino: la del Legislativo y la del Ejecutivo.
El primer intento fue el domingo 15 de noviembre. La opción de Mesa Directiva estaba liderada por la izquierdista Rocío Silva-Santisteban, lo que en la práctica significaba que podría ser la primera presidenta mujer de Perú. Sin embargo, 52 diputados votaron en contra y le ganaron el pulso a los 42 que votaron a favor y a los 25 que se abstuvieron.
El Congreso se volvió a reunir este lunes con una segunda opción de Mesa Directiva presidida por Sagasti. Finalmente, 97 congresistas respaldaron la idea y así Sagasti se convirtió en el cuarto político en asumir el Palacio de Gobierno de Perú en un solo periodo presidencial, en el que también fueron mandatarios Kuczynski, Vizcarra y Merino. Si todo continúa así, Sagasti estará en el poder hasta que los peruanos elijan a un nuevo Congreso y a un nuevo presidente en las votaciones generales de abril del próximo año.
(Publicada el 17/11/2020 /EFE/ María Clara Calle Aguirre)