Nov 25, 2024

Hoy cumpliría 100 años el ídolo del pueblo: Pedro Infante

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MAZATLAN, SINALOA. MX.MARIBEL ARREDONDO.EL DEBATE.— Las olas del mar arreciaban ese día 18 de noviembre de 1917 a las 02:30 horas. En esa fecha se sentía un poco de frío en la costa. La oscuridad se hacía presente. Familiares estaban reunidos en una casa ubicada en la calle Constitución, en el centro de Mazatlán. El partero “Chimizo” (al cual le pagaban hasta con gallinas) había llegado puntual, luego del inesperado nacimiento de Pedro Infante Cruz.

LA HORA ESPERADA

Algunos trapos, toallas, agua tibia y un artefacto para cortar el cordón umbilical que lo unía a su madre, Refugio Cruz, fueron necesarios para ayudar a dar a luz al “Ídolo de México”. Fue el cuarto de 15 hermanos, de los cuales vivieron solamente nueve: María del Rosario, Ángel, María del Carmen, María Concepción, José Delfino, María del Consuelo, María del Refugio y María del Socorro.

 

La casita de abobe, que era una cuartería (casa pequeña de renta que antes era una huerta de mangos), que contaba con un cuarto de casi 3 metros por 4 fue donde “Pedrito” exhaló su primer llanto y donde al parecer vivió por más de cinco años con su familia. Recientemente se dijo que podría haber vivido allí hasta los 7 años.

 

Una propiedad humilde donde compartían baño con otras familias allí hospedadas. Solo tenían un cuarto. La sala y la cocina estaban en el traspatio. Se dice que ese día, su padre, Delfino Infante, se encontraba de visita con un compadre. Tenía tocada en Mazatlán. Pertenecía a la Banda Filarmónica de la Prefectura de El Rosario y a la Orquesta Borrego.

 

EL RINCONCITO DE PEDRO

 

La propiedad donde nació ahora es un museo desde hace casi 30 años. Alberga más de 2 mil objetos, entre fotografías, esculturas, trajes que usó para sus cintas, películas, entre otros artículos, algunos donados por su hija Lupita Infante Torrentera, y es propiedad de Sandra Ortega, quien celosamente guarda la memoria del actor sinaloense.

 

“Fue hace 38 años que adquirí la casa. Me la vendió el doctor Ramírez Macie. Se sabía de manera extraoficial que aquí nació”, expresó Ortega.

 

Luego de varios años de espera para iniciar la remodelación del lugar, desde hace cuatro años lo tiene ya acondicionado como un museo. Entre sus deseos está ampliarlo y tener un espacio para proyectar sus películas y que se impartan talleres de lectura. Hace unos días, personal de Televisa hizo grabaciones para la serie biográfica que se le va a realizar.

 

EL BAUTISMO Y REGISTRO

 

El 6 de diciembre tuvo lugar el registro del niño Pedro Infante a las 11:20 horas, en el puerto. Su nombre quedó plasmado en el acta 570, del libro 190, del año 1917. El oficial a cargo fue Hermeregildo Ferreiro. Allí quedó asentado el nombre de sus abuelos, tanto paternos como maternos, Eleno Infante, Sinforiana García, Domingo Cruz y Catalina Aranda.

 

El 29 de diciembre de ese año, se celebraría el bautismo en la Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción. Su bautismo quedó registrado en el libro 20, la página 188 y el número de acta es 1762. Sus padrinos fueron Juan José Ledón y María Ledón.

 

El cronista Enrique Vega comparte que hay registro de que el artista estudió sus primeros años en el sur del estado y en Guamúchil. Algunos han dicho que Pedro se fue a vivir a esa ciudad en 1924. Mientras que otros relatan que lo hizo años más tarde, ya en su adolescencia después de pasar parte de su infancia en Rosario. “Como a los 10 años ya estaba en Guamúchil. Tengo entendido que hay boletas de primaria de Infante tanto de Rosario como en Guamúchil. Ya en cuarto (año) pudo estar allá.”

 

UNIDO A ROSARIO

 

Si bien Pedro Infante siempre dijo ser de Guamúchil, la verdad, según investigadores y cronistas, es otra. Parte de su infancia la vivió en Rosario. Uno de sus grandes amigos, a quien visitó en algunas ocasiones en esa tierra que lo vio crecer, escribió un libro llamado Cuentos de mi Rosario, donde plasma en el capítulo El Pedro que yo conocí, el tiempo que vivió el artista en esos lugares. También indicó que aprendió a tocar guitarra con clases personales que le diera su amigo Carlos. Otros relatan que hasta formaron un grupo para tocar en fiestas.

 

“Desde los bisabuelos de Pedro Infante tienen su origen en Rosario y en Cacalotán. Su amigo Carlos Hubbard es el primero que conservó la niñez de Pedro en Rosario a través de sus escritos y el periódico El Rumbo. A Pedro lo conoció en 1925. El encuentro fue casual, cuando iniciaron los cursos en la escuela Benito Juárez (la cual hoy lleva por nombre María Montessori, en Rosario). La amistad formal inició en 1933.

 

“Bebió las cuestiones culturales de su casa y del ambiente que tenía Rosario. No solo la cuestión artística, también la cuestión de oficios, que fueron simbólicos, panadero, carpintero, lo aprendió aquí en su niñez”, expresó Polo Hernández, cronista.

 

El cantante vivió en Rosario junto a su familia en la calle Donato Guerra número 45, para luego mudarse enfrente, a la casa con el número 75 pues la familia era grande y este nuevo hogar es de dos pisos y más amplio. Ahora, las casas de adobe de construcción antigua están en pláticas para que sean museos.

 

Su abuelo Domingo Cruz tenía una carpintería y hacía velas. Con él aprendió la carpintería. Creció entre panaderías, donde desempeñó ese oficio. También ahí aprendió a cortar el cabello.

 

Los entrevistados no dejan constancia de a qué edad se fue del Rosario. Sólo que vivió ahí hasta parte de su adolescencia.

 

LA RUPTURA

 

Pobladores de Rosario afirman que el “Ídolo de México” se fue de ese lugar por problemas familiares. Según, dos de sus hermanas habían salido embarazadas sin estar casadas. Chismes y críticas de la sociedad los llevarían hasta la zona norte de Sinaloa, dejando atrás ese amor por las calles donde comía pan caliente, se bañaba bajo la lluvia y donde pudo aprender a cantar sus primeras melodías.

Al paso de los años, Pedro visitaría la tierra de sus padres para ver a su amigo Carlos. Se quedó pendiente que cantara en un evento para la remodelación del templo de Nuestra Señora del Rosario. Algunos expresan que el artista gustaba de llevar comida típica, entre ellos mariscos y chorizo. En una carta le reseña a su amigo que no podría asistir por tener grabaciones y en su lugar mandó a su hermano Ángel. Luego llegó el trágico final.

(Fecha de publicación 18112017)

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