Nov 27, 2024

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No se trata de algún frente frío, de ninguna tormenta invernal, hablamos en grupo de la prisa inusitada con la que recientemente se ha movido el inefable INE.

Y es que la odiosa nueva ley electoral dictamina que debemos saber del triunfo en las casillas en la imposible inmediatez de las 11 horas, pm. Como nos sucede a todos los mexicanos, los consejeros del INE cayeron en cuenta al cuarto para las doce, como cada mexicano buscaron alguna chicanada para enderezar el entuerto. “¿Por qué la prisa?” Preguntó la marimacho de enfrente. “Porque se nos cernía encima la nube del sospechosismo; todo el concepto electoral está tan complicado y costoso porque vivimos en la Edad del Sospechosismo. La burra no era arisca…”, añadía uno de los jóvenes priistas. Por eso el señor Ugalde quedó apestado. Como presidente consejero del IFE, una vez se nos mandó a la cama porque los datos arrojaban tal cercanía entre el primer y el segundo lugar, que no sabíamos, la noche de los comicios, quién era el nuevo presidente de la república.

La chicanada fracasó ante el TRIFE. Este tribunal que está por arriba del INE dictaminó que abrir las urnas dos veces (la primera sólo auscultando los votos para presidente, para aquietar al público) daría paso a manosearlas pues, ya abiertas cualquier santa mano puede meterse alterando lo que está dentro. Los sabios electorales fueron advertidos que la rapidez está por debajo de la precisión, así que piénsele otra vez. “Lo resolvieron –dijo mi pariente de la otra calle–pero ésa no es la noticia, lo nuevo es que tras tantos millones de usted, invertidos en el Instituto, tardaron más de un año que estaban a un paso del precipicio operativo”.

“CÓMO QUISIERA SER psicóloga”, nos dijo de repente Mildred, la vecina gringa que a sus 72 está vivita, atenta de lo que sucede en la Casa Blanca de Washington DC. “Porque los que siguen corriendo son del personal cercano al presidente Trump y sigo sin entender cómo el viejo cuantachicles va decayendo sin dejar de mover la patita”. Le pedí que nos diera detalle pues entiendo que los catarros americanos dan paso a las pulmonías entre mexicanos.

“Según reporte desde la capital gringa del periodista corresponsal de Azteca y Grupo Fórmula, Mr. Armando Guzmán hasta Mrs. Hopkins, uña y mugre del pelón que se cree rubio, lo ha abandonado, por lo que ya suman 20 los corridos. Dice el reportero que poco antes, al yerno del presidente se le retiró el permiso para enterarse de los secretos correspondientes a l primero de los tres top-top secrets, por saberse que ha sido chamaqueado por los chinos, los rusos y un mexicano que responde al nombre de Videgaray”

“¡Válgame el cielo!”, rugió la panista dueña del minisúper de la esquina, “entonces ¿el canciller no es enemigo de México?”. “Vamos por partes –– cortó Mildred–. El yerno quizá cayó al nivel del chalán traecocacolas o de la mucama que recoge los papeles hechos bolita de los tachos de las oficinas, no sea que se escurra algún secreto y llevarlos a la oficina de la trituradora del reino…el veto vino con órdenes de la secretaría de estado”. “Pero cuéntanos de Videgeray”, intervino la petista acurrucada en el escalón, con la taza de café ya vacía.

“Sucede que Videgaray es uña y mugre del multicitado yerno, por eso nuestro exsecretario de hacienda fue cambiado a canciller, sabiendo tu presidente que México tenía un velado derecho de picaporte a través del chamaqueable esposo de la hija de Trump. Pero el gringo se nos fue. Y esa es una de las dos malas noticias, la segunda es la peor: Trump quiere reelegirse. Como pocos sabíamos los tweets mañaneros del presidente no pasan directamente a la nube. Hay todo un equipo de filtros por los que pasan y si el último de ellos los aprueba, salen. ¿Quién es ese personaje? No lo conozco por nombre pero sí por su ascenso. Ha sido nombrado Jefe de campaña para la reelección del gûero”

“¡Válgame el cielo tres veces, que Dios nos coja en santidad y la Virgen de los Remedios apoyada por el abogado de los casos perdidos San Juditas Tadeo nos libre de la maldición”, volvió a rugir la tendera.

“¡Que regresen al yerno, que gane el PRI y que Videgaray siga de espía, por Dios santo!” gritó de inmediato el otro joven priista. “Lo malo es que el viejo republicano sigue bajando entre sus compatriotas y lo le importa. Ya probó el poder y como cualquier generalito latinoamericano se aferra a la silla. La ambición es cabrona”, continuaba Mildred. “No soy demócrata pero aborrezco que la claridad mental se aleje otros cuatro años de la Sala Oval. Bendita la gente inteligente que cae en el lugar apropiado el momento propicio”.

“¿Cómo en México?” preguntó La Chiquis. Todos callamos y nos fuimos despidiendo. Ya era la hora de la telenovela. Pero me alcanzó el Morenista: “Ya no importa tanto. Estamos a días del cambio de la esperanza –dijo-, es muy probable que tu presidente se haya topado con la necedad del muro, otra vez, en la llamada interpresidencial de hace poco, de la que sólo se sabe que no se reunirán como estaba previsto. O quizás el otro quiere negociar con un presidente que no va de salida. Allí está mi candidato, que ya dijo dejen de negociar el TLC (TLCAN) y desde julio yo mismo negociaré con Trump”.
Oye prieto, reparé, ¿cómo la ves si tenemos a dos locos de presidentes? Me mentó la madre y desapareció por la esquina del poniente.

 

Dionisio Estrada

(Fecha de publicación 16032018)

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