Indicadores nutricionales para identificar a las personas en riesgo de enfermedad de Alzheimer
La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia; más de 10 millones de personas viven con demencia en la Región de las Américas y se espera se dupliquen los casos cada 20 años.[1] Los síntomas de esta patología son insidiosos y puede pasar mucho tiempo antes de que se desarrollen problemas cognitivos graves, lo que dificulta el diagnóstico.[2]
La Dra. Reyna Lamas, especialista en psiquiatría, mencionó que «dado que los cambios observados en la enfermedad de Alzheimer no se limitan únicamente al cerebro», es importante prestar atención a señales y marcadores relacionados con la presión arterial y la dieta, como estreñimiento, composición corporal y niveles sanguíneos de colesterol y glucosa en sangre, como herramientas valiosas para el diagnóstico.
«Como parte del proceso de neuroinflamación se pueden observar alteraciones a nivel de la microbiota intestinal que promueven un aumento en la producción de citocinas proinflamatorias y quimiocinas, así como una disminución de factores antiinflamatorios, lo que favorece la inflamación y afecta la absorción intestinal», explicó la Dra. Lamas, quien agregó que esto genera un ciclo que aumenta la neuroinflamación.
«Asimismo, es relevante destacar que el exceso de grasa corporal y las enfermedades crónicas relacionadas con la dieta también pueden tener efectos similares en la inflamación corporal, añadiendo otra capa de complejidad a la relación entre dieta, sistema digestivo y enfermedad de Alzheimer», agregó la Dra. Lamas.
Destacó también la importancia de investigar el patrón alimenticio del paciente, prestando especial atención a ciertos indicadores, como elevado consumo de alcohol y de alimentos ultraprocesados ricos en sodio, azúcares y grasas saturadas y bajo consumo de frutas y verduras.
Fecha de publicación sábado 23 de diciembre de 2023 / Medscape