Inicia la demolición de viviendas afectadas tras sismo
CHIAPAS, MÉXICO. — En los municipios de Cintalapa y Jiquipilas, en Chiapas, el Ejército es el que realiza el trabajo de tirar las paredes de las viviendas que se sostenían en pie pero que estaban en riesgo de colapsar. Con esto, empezó la demolición de casas que quedaron afectadas por el sismo del pasado 7 de septiembre.
“El Ejército estuvo todo el día, precisamente, porque vieron la construcción, había muchas grietas. Ellos dedujeron que iban a terminar de tirarlo porque esto ya no sirve”, afirmó Marbella Grajales.
La sala-comedor y la cocina de la casa de Marbella sufrieron cuarteaduras de alto riesgo, lo que lo hace inhabitable y debe demolerse, según el diagnóstico que le dio la autoridad que realizó el censo a las casas dañadas en el barrio de Santa Cecilia, de Cintalapa, municipio ubicado a hora y media de Tuxtla Gutiérrez.
Las casas que sufrieron algún tipo de daño fueron marcadas con letras por las autoridades. Marbella dice que cuando censaron las viviendas afectadas les entregaron un documento, pero no les dijeron para qué es.
“Solo me dijeron que lo tenía que tener y que lo guardara muy bien”, enfatizó.
Una situación que se repite en el ejido Quintana Roo, del municipio de Jiquipilas.
“Nos dieron un taloncito, que cuando esté la ayuda nos van a hablar”, dijo Juana María García.
Un palo sobre ladrillos sostiene lo que queda del techo de la casa de Juana María, una señora de la tercera edad que vive con su hermana, quienes al momento del temblor se resguardaron en las puertas de su vivienda.
Viven en el ejido de Quintana Roo, una de las zonas más dañadas por el sismo y donde sus habitantes han empezado a improvisar campamentos en los patios.
Samuel y su familia levantaron unas casas con nylon que les prestaron y madera que rescató de los escombros de la que era su casa y en donde están sepultados los pocos muebles que tenía.
Un muro de su vivienda logró mantenerse en pie, pero representaba un riesgo alto de derrumbarse. Con apoyo de los soldados demolieron lo que quedó de su casa.
“Porque pasan mis hijos y no quiero que les llegue a caer esta pared. Mejor lo tiramos”, reafirmó Samuel Cruz.
La presidenta municipal de Jiquipilas, Laura Romero, cifró entre 3 mil 500 y 4 mil las viviendas afectadas, la mayoría en la zona rural.
Es el caso del ejido Francisco I. Madero, donde todos sus habitantes salieron para refugiarse en el albergue de Jiquipilas, ya que la mayoría de las casas se vinieron abajo.
Mónica cuenta que el miedo se apoderó de ellos porque la tierra se abrió durante el temblor y por eso no quieren regresar a su comunidad, pero tampoco sabe cuánto tiempo los tendrán albergados.
(Fecha de publicación 15092017)