Nov 22, 2024

Invertir en el cuerpo mundial de profesionales sanitarios permitirá la creación de empleo e impulsará el crecimiento económico

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NUEVA YORK. EEUU.—  Los Presidentes de Francia y Sudáfrica han hecho un llamamiento a la inversión urgente en todo el mundo para crear nuevos empleos en el sector de la salud a fin de que no llegue a producirse el déficit previsto de 18 millones de profesionales sanitarios, principalmente en los países de ingresos bajos y medianos-bajos, y para ayudar a los países a aprovechar al máximo los beneficios sociales y económicos que presenta el fomento del empleo en el sector de la salud.

 

 

La Comisión de Alto Nivel sobre Empleo en el Ámbito de la Salud y Crecimiento Económico, presidida por el Exmo. Sr. François Hollande y el Excmo. Sr. Jacob Zuma, presentó hoy su informe final y sus recomendaciones al Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en un acto paralelo celebrado durante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.

 

La Comisión ha concluido que es necesario invertir en personal sanitario para avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y en particular para obtener beneficios en materia de salud, seguridad mundial y crecimiento económico inclusivo. La Comisión ha formulado 10 recomendaciones para conseguir tales beneficios a través de inversiones adecuadas en el empleo sanitario que pueden impulsar las economías, encauzar a los países hacia la cobertura sanitaria universal y actuar de muro de contención contra brotes como el de la enfermedad por el virus del Ebola.

 

Se prevé que el envejecimiento de la población y las crecientes tasas de enfermedades no transmisibles generen en el ámbito mundial una demanda de 40 millones de nuevos profesionales sanitarios de aquí a 2030, lo que supondría una duplicación del actual cuerpo mundial de profesionales sanitarios. Ahora bien, la mayoría de esos puestos trabajos se crearían en los países más ricos. De no tomarse las medidas adecuadas, habrá un déficit –sobre todo en los países de ingresos bajos y medianos-bajos– de 18 millones de profesionales de la salud, la cifra necesaria para alcanzar y mantener la cobertura sanitaria universal.

 

Existen cada vez más pruebas de que las inversiones en el sector de la salud arrojan pingües dividendos. Se calcula que las inversiones en salud ofrecen una rentabilidad de 9 a 1, y que alrededor de una cuarta parte del crecimiento registrado entre 2000 y 2011 en los países de ingresos bajos y medianos son resultado de mejoras en la salud. La inversión en competencias y el aumento de los empleos en el sector de la salud también contribuirán a la autonomía económica de las mujeres y de la juventud.

 

«Durante demasiado tiempo los países han considerado que los profesionales sanitarios son tan solo un gasto más que gestionar, y no una inversión que triplica la rentabilidad a favor de la salud, el crecimiento económico y la seguridad sanitaria mundial», señaló la Dra. Margaret Chan, Directora General de la Organización Mundial de la Salud.

 

Es necesario actuar con urgencia. La Comisión hace un llamamiento a la adopción de medidas inmediatas de aquí a marzo de 2018 con objeto de asegurar compromisos y la asunción de responsabilidad para acelerar la inversión en el personal de salud. En respuesta a la petición de la Comisión, los Vicepresidentes de la Comisión, de la OMS, la OIT y la OCDE, convocarán antes de finalizar 2016 a todas las partes interesadas para elaborar un plan quinquenal de aplicación de las 10 recomendaciones.

 

«El informe ofrece datos sólidos que demuestran que las inversiones en la economía de la salud y los avances hacia la cobertura sanitaria universal pueden fortalecer el crecimiento económico y hacerlo más inclusivo al generar trabajos decentes en muy diversas ocupaciones», señaló Guy Ryder, Director General de la Organización Internacional del Trabajo. «Presenta propuestas prácticas para la aplicación de la Agenda 2030, en particular el Objetivo de Desarrollo Sostenible 3 (Vida sana y bienestar para todos a todas las edades) y el Objetivo 8 (Crecimiento inclusivo y trabajo decente)».

 

El sector de la salud constituye una importante fuente de empleos. En los países de la OCDE, el empleo en la sanidad y el trabajo social creció en un 48 por ciento entre 2000 y 2014, mientras que en la industria y la agricultura el empleo se redujo.

 

«Estas recomendaciones marcarán el rumbo para lograr más y mayores inversiones en el personal sanitario. Este será un elemento crucial para promover una mejor calidad de vida y ayudar a las economías a crecer y alcanzar todo su potencial», señaló Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE.

 

La Comisión tiene la visión de un cuerpo de profesionales sanitarios más numeroso, transformado y sostenible para promover la salud, prevenir las enfermedades, atender las necesidades de las poblaciones e impulsar el crecimiento económico.

 

Las 10 recomendaciones de la Comisión son:

 

1. Estimular inversiones para la creación de empleos decentes en el sector de la salud, especialmente para las mujeres y la juventud, en un número suficiente y en los destinos adecuados.

 

2. Potenciar al máximo la participación de la mujer en la economía y fomentar su empoderamiento institucionalizando su liderazgo, abordando los prejuicios e inequidades contra las mujeres en la educación y el mercado laboral sanitario, y atendiendo las inquietudes con respecto a las cuestiones de género en los procesos de reforma sanitaria.

 

3. Potenciar una educación transformadora y de gran calidad y la formación a lo largo de toda la vida para que todos los profesionales sanitarios cuenten con competencias que se adecuen a las necesidades de las poblaciones y puedan trabajar dando lo mejor de sí mismos.

 

4. Reformar los modelos de prestación de servicio que giran alrededor de la atención hospitalaria y centrarse en la prevención y en la prestación eficaz de atención primaria y ambulatoria de calidad, asequible, integrada, basada en la comunidad y centrada en las personas, prestando una atención especial a las zonas poco atendidas.

 

5. Aprovechar el poder y la costoeficacia de las tecnologías de la información y la comunicación para mejorar la educación en el ámbito de la salud, los servicios centrados en las personas y los sistemas de información sanitaria.

 

6. Garantizar la inversión en las capacidades básicas exigidas en el Reglamento Sanitario Internacional, en particular el fomento de las competencias de los trabajadores sanitarios nacionales e internacionales en entornos humanitarios y en emergencias de salud pública, ya sean agudas o prolongadas. Garantizar la protección y seguridad de todo el personal de salud y de las instalaciones sanitarias en todos los entornos.

 

7. Recaudar fondos suficientes de fuentes nacionales e internacionales, públicas o privadas, según proceda, y considerar la posibilidad de una reforma de base amplia para la financiación de la salud de ser necesario, a fin de invertir en las competencias adecuadas, en condiciones de trabajo dignas y en un número suficiente de trabajadores de la salud.

 

8. Promover la colaboración intersectorial en el ámbito nacional, regional e internacional; lograr la participación de la sociedad civil, los sindicatos y otras organizaciones de trabajadores de la salud y el sector privado; y alinear la cooperación internacional para apoyar las inversiones en el personal de salud, como parte de estrategias y planes nacionales de salud y educación.

 

9. Promover el reconocimiento internacional de las cualificaciones del personal sanitario para fomentar un mejor uso de sus competencias, potenciar las ventajas y reducir los efectos negativos de la migración de los trabajadores sanitarios, y salvaguardar sus derechos.

 

10. Llevar a cabo investigaciones y análisis sólidos de los mercados laborales sanitarios mediante parámetros y métodos armonizados, a fin de fortalecer los datos científicos, la rendición de cuentas y las actuaciones.

 

FECHA DE PUBLICACIÓN.20092016

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