INVITADO. Fabian Galindo Duarte. «Somos, nos hacemos o no entendemos»
Realmente me cuesta trabajo entender los comportamientos políticos de una gran cantidad de personas nacionales, por ejemplo, miles de ellos que siendo poseedores de una preparación escolar alta y media, o de los que teniendo una cultura laboral importante, actúen movidos por un despropósito. Estas personas, aun sabiendo a ciencia cierta que durante años hemos sido no mal sino asquerosamente gobernados, titubeen e incluso combatan a quien ofrece una forma de gobernar diferente, que además no tiene retador en ninguno de los frentes.
No es comunista ni socialista (como los afectados por la paranoia “macartista” suelen calificar a los activistas sociales o a cualquier persona consciente y defensores de sus derechos humanos); no pretende eternizarse en el poder, no roba, es totalmente congruente con sus discursos y promesas de campaña, trabaja e informa como nadie, por citar lo menos.
Lo más cabrón del caso es que todos, absolutamente todos los mexicanos sabemos que hemos sido gobernados por ladrones: si no díganme, lo que ha pasado nada más en Sonora ¿Cómo le hicieron los integrantes de la “clase política” (la mayoría de ellos de origen modesto) y aun los que habiendo sido pudientes (con honrosas excepciones) después de que quebraron los sanos negocios heredados de sus padres, se refugiaron en la política?
Digan por favor ¿A quién pertenecen las servidumbres naturales del Estado que hasta unos 30 años gozábamos las familias?
Me refiero a los mejores sitios de playa (ahora lujosos desarrollos turísticos, playas y parajes hermosos de los que están excluidas las familias).
¿Quiénes han aprovechado los poderes catastrales y registrales para hacerse de las reservas territoriales de las ciudades y de muchos ciudadanos cuyos terrenos les fueron “legalmente confiscados?”
Casos: los terrenos como el vado del río, los de Hermosillo Norte y para acortar, de prácticamente todas las reservas territoriales de las ciudades más importantes del Estado.
¿Cómo y con qué recursos se construyen edificios como si fueran casas de interés social? ¿por qué los desarrolladores inmobiliarios de las empresas del ramo están ligadas a la clase política? ¿por qué ahora los políticos y sus familias tienen sendos ranchos, dotados de sendos represos al estilo Padrés? ¿Por qué y cómo le hacen para comprar casas y departamentos de millones de dólares y euros en otros países?
La gran mayoría de los mexicanos no dudamos en responder las anteriores preguntas, hagan un ejercicio muy sencillo: pregunten a 50 personas que encuentren en parques, negocios, supermercados, en parques de recreo, entre otros espacios públicos en donde no los conozcan, el siguiente cuestionamiento:
¿De dónde sacaron dinero los políticos de México, de Sonora y de Hermosillo para comprar las casas, realizar inversiones en negocios y darse otros lujos?
He realizado este ejercicio más de 20 veces en los últimos 3 años en diferentes espacios de las ciudades de Hermosillo, Mexicali, Empalme-Guaymas y Cajeme. No necesito decirles las respuestas, 93% de los consultados me contestaron lo que ustedes están pensando, 3% dijeron que todos los políticos eran ricos de siempre y 4% me dijeron que no tenían idea. La mayoría me contestó con dos palabras.
Ante lo anterior pues no nos queda otra que machacar lo que tanto les molesta (Lo que no les quita el sueño a los actores del mal, si no pregunten a los 22 gobernadores que el sexenio pasado se birlaron 140 mil millones de pesos y con excepción de Javier Duarte el resto gozan de una libertad forrada de dinero).
La realidad es que la corrupción está viva pero no en el fogón principal, sobrevive en los hornos laterales, sobre los que el ejecutivo no tiene poder; el mayor foco de corrupción es el Poder Judicial, del cual alrededor de un 64% de los jueces y magistrados y ministros están vinculados con los grupos de poder (corruptos), quienes los colocaron en sus actuales posiciones con la encomienda de proteger a los actores políticos y al servicios de Estado Mexicano que incurran en actos delincuenciales.
El ejemplo más reciente que ilustra mi aseveración es el hecho del caso de Javier Duarte, ex gobernador delincuente de Veracruz, que hace 5 días le restituyeron 40 propiedades que se robo mientras fue gobernador y que según la «Legalidad del caso» en máximo un año saldrá en libertad.
El segundo ejemplo, quizá hasta más impactante que el anterior, está en el otorgamiento del amparo a las empresas españolas complicitadas con Peña Nieto y la mafia CFE que estuvo a cargo de esta mini paraestatal y que firmó contratos leoninos, abusivos, prácticamente desrregulados y altamente onerosos para los que en última instancia pagamos el precio: Las empresas (sobre todo las pequeñas, medianas y grandes no complicitadas) y por supuesto las familias, que somos los últimos receptores de la pro translación de precios.
Los otros poderes colaterales son, en primer lugar el Banco de México (que lo maneja el poder llamado ITAM), el INE, que lo maneja el poder llamado Estado de México-Salinas, el INEGI, también en manos del ITAM; luego está CONEVAL, manejado por el CIDE y una docena más de INSTITUCIONES AUTÓNOMAS, pero todas con dueños.
Esto es una partecita de la historia.