La amenaza global del Estado Islámico, retratada por ‘NYT’ y ‘WSJ’
ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA. XINHUA.— En pocos días, la evolución de la organización terrorista Estado Islámico ha mostrado sus mortales y cambiantes facetas. Esta transformación es el mayor desafío que enfrentan las fuerzas de inteligencia occidentales. Los principales diarios de Estados Unidos, The New York Times y The Washington Post destacaron en sus notas principales la reciente ola de ataques, perpetrados por militantes del Estado Islámico, en Irak y Bangladesh.
Varios continentes han sido el blanco de sus agresiones: la semana pasada fue Estambul, donde terroristas coordinaron un ataque suicida en el principal aeropuerto del país y en el que murieron 45 personas. El viernes pasado, un grupo extremista local que juró lealtad al Estado Islámico, masacró a 20 comensales extranjeros en un cafetería de Bangladesh. Mientras que en Bagdad, este domingo, la organización liderada por Abu Omar al-Baghdadi, se responsabilizó por el atentado con bombas que mató al menos a 213 personas y dejó heridas a más de 200. A estos se suman los ocurridos semanas atrás en Orlando y San Bernardino, Estados Unidos y recientemente un ataque suicida en Arabia Saudita.
El objetivo elegido por los terroristas fue la heladería Yabar Abu al Sharat de Karrada, una popular zona comercial y especialmente concurrida por chiíes en domingo de Ramadán. Los videos que circulan en las redes sociales muestran una devastación sobrecogedora resultado de una planeación quirúrgica. Sin lugar a dudas, el atentado más grave en lo que va del año en Irak.
Pese a que ésta última agresión fue la más letal, el influyente rotativo de la capital estadounidense señaló que la reacción en medios y redes sociales fue muy diferente respecto a los atentados previos. “Desde hace años hemos llegado a ser casi insensibles con la violencia en Bagdad: Mortales coches bomba no evocan ningún hashtag, ni fotos del perfil en Facebook con la bandera iraquí, tampoco portadas de periódicos occidentales con nombres de las víctimas y sus historias de vida”. Solo una muda simpatía global, enfatizó la publicación.
Según los funcionarios de inteligencia y las fuerzas del orden, consultados por el diario neoyorkino, los ataques son una prueba de que el Estado Islámico, un grupo terrorista islamista suní capaz de crear un estado sin fronteras, se ha transformado en una versión más grande y sofisticada de su rival Al Qaeda.
Hace más de dos años el grupo comenzó a enviar a occidente a reclutas entrenados y que ahora son parte de redes clandestinas ya maduras, listas para atender a los llamados para perpetrar o acelerar ofensivas a nivel global como respuesta a las derrotas de su organización en terreno iraquí.
De acuerdo con The New York Times, el Estado Islámico expandió su dominio militar a lo largo y ancho de Irak y Siria, hasta afianzar alrededor de 126 posiciones clave. Sin embargo, durante el último año, los yihadistas han perdido casi la mitad de estas posiciones. Por lo que a medida de que se ha ido debilitando su presencia territorial, el grupo militante ha cambiado su enfoque a una mayor ejecución de ataques terroristas en Irak y en el extranjero.
Aunque aún mantienen control de importantes yacimientos petroleros y presas hidroeléctricas, la pérdida de posiciones territoriales —alrededor del 45 por ciento en Siria y un 20 por ciento en Irak, desde su máximo punto alcanzado en agosto de 2014— el grupo también ha visto disminuidos sus ingresos provenientes de impuestos y multas; ya que al reducirse su área de dominio, también la población bajo su control.
Los recientes atentados son demostración de músculo por parte del Estado Islámico. Por ello, los organismos gubernamentales de inteligencia modifican su estrategia y apuestan como prioridad a la disuasión, la prevención y el embate al creciente número de objetivos civiles.
(FECHA DE PUBLICACIÓN: 04072016)