La incertidumbre crece entre los mexicanos damnificados por el sismo
CIUDAD DE MÉXICO. MX. — El terremoto del 19 de septiembre pasado en la zona central de México ha cobrado la vida de más de 330 personas hasta el momento; más de 5000 personas han sido atendidas en diversos hospitales y clínicas. Pero el sismo también resultó en muchas más víctimas: aquellos damnificados y desplazados de sus casas.
Son miles de personas, de clase alta y de escasos recursos, de edificios en ciudades y de poblados donde abundaban las casas de adobe. Incluyen a quienes habitaban en inmuebles colapsados por el movimiento telúrico, pero también a aquellos cuyos hogares han sido calificados como inhabitables o con daños estructurales y que, aunque siguen en pie, podrían ser demolidos o cuya reconstrucción tardará mucho tiempo.
¿Estás ahí, papá? Soy yo, tu hija
Otros incluso han tenido que desalojar sus casas porque edificios circundantes están en riesgo de colapsar.
“Lloro mucho todavía”, dijo Elizabeth Flores, administradora de 50 años cuyo departamento en el primer piso de un edificio al sur de la capital tiene fuertes daños tras el sismo. Actualmente, está viviendo con amistades.
“Esta era mi casa”, añadió la mujer. “Esa misma mañana todavía tendí mi cama y desayuné ahí. Pasamos de una comodidad modesta a que de repente tanto tu hogar como tu vida están en ruinas”.
No queda claro aún cuántos edificios en México serán completamente inhabitables después del sismo ni cuántas personas han tenido que desalojar.
Funcionarios federales dijeron el miércoles que el sismo del 19 de septiembre y uno anterior del 7 de septiembre, que azotó con particular fuerza los estados de Oaxaca y Chiapas, causaron daños graves en más de 153.000 inmuebles; de estos, por lo menos 24.000 fueron destruidos y 46.000 presentan daños que los vuelven inhabitables.
En Ciudad de México colapsaron 38 inmuebles y el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera ha indicado que 500 están en riesgo y podrían ser demolidos o requerirán bastantes obras de reconstrucción antes de volver a ser habitables. La mayoría de estos edificios con residenciales.
El gobierno de Ciudad de México estima que 500 edificios son de alto riesgo después del terremoto y varios han sido desalojados. By Kirsten Luce, Veda Shastri y Guglielmo Mattioli Publish Date on September 27, 2017. Photo by The New York Times. Watch in Times Video »
Ya han surgido esfuerzos tanto públicos como privados para que los damnificados tengan vivienda temporal y se cubran los esfuerzos de reconstrucción. El martes, las autoridades de Ciudad de México anunciaron un plan que daría acceso a créditos de bajo interés y otra asistencia financiera a los propietarios afectados según los arreglos que sean necesarios a partir de los daños que hayan sufrido sus hogares. La capital también prometió ayudar a quienes rentaban y perdieron su vivienda.
Asimismo, el presidente Enrique Peña Nieto prometió que el gobierno apoyará “directamente a las familias con recursos y materiales para reparar los daños parciales o para la construcción de una nueva vivienda” y que se ayudaría a canalizar las donaciones de la iniciativa privada y los principales líderes empresariales por medio del fideicomiso Fuerza México.
También hay proyectos para alojamientos temporales como el sitio web Mi casa es tu casa, para poner en contacto a quienes buscan y ofrecen casa; Muebletón México, para juntar muebles donados en buen estado que puedan utilizar las personas damnificadas ya que encuentren un nuevo hogar, y Arriba México, un sitio web que promueve alojamientos simbólicos para recaudar fondos para la reconstrucción. Los montos donados serán dedicados a crear refugios temporales y a costear la reconstrucción de varios sitios.
Por ejemplo, por 790 pesos la noche (alrededor de 44 dólares), uno puede rentar un “depa devastado con estacionamiento en Atlixco, Puebla”, aunque en realidad nunca vaya a estar dentro del inmueble.
Aún así, el futuro inmediato para muchas de las personas desplazadas está lleno de incertidumbre, al encontrarse en un estado de transición frustrante y cansado que podría poner a prueba las amistades y relaciones.
Ana Paula Velásquez se quedó sin departamento en la colonia Roma Sur debido al sismo; ahí vivía con su esposo, hija y madre. Es inseguro estar en el edificio y los residentes entonces se trasladaron a hoteles o a los hogares de familiares y amigos.
Velásquez, de 39 años, y su familia pasaron la primera noche después del terremoto con una amistad y la segunda, con un familiar. Pero después decidieron mandar a su hija a casa de un amigo y quedarse, junto con la madre de Velásquez, en un albergue. Está ubicado en una escuela primaria; la misma en la que estudió la hija de Velásquez, ahora de 13 años.
“Es irónico, ¿no?”, dijo la mujer mientras estaba sentada en una banca. Los salones fueron convertidos en dormitorios con colchas y catres en el piso.
Velásquez dijo que decidió moverse al albergue porque no quería abusar de sus conocidos, aunque estuvieran dispuestos a recibirla a ella y a su familia, por ahora. Además, indicó que estar en el albergue la ayuda a recibir información sobre asistencia legal y otra ayuda para víctimas del terremoto. Ahí siente que su situación está más presente.
“Si dejamos que esto se enfríe, es todavía menos probable que el gobierno haga algo”, dijo.
Ese albergue tiene planeado cerrar el viernes y la familia deberá moverse a otro, aunque todavía no estaban seguros de a cuál irían.
MAYOR INFORMACIÓN AQUÍ EN NYTIMES.COM
(Fecha de publicación 28092017)