Las lecciones de Trump
CIUDAD DE MÉXICO. MX.FRANCISCO BURQUEZ VALENZUELA.— El sistema político del establishment colapsó. Ayer el pueblo americano salió a votar a las urnas en favor de una figura que, por mucho, traspasa la línea de las buenas formas y las reglas de convivencia, pero que fue la única que canalizó toda la inconformidad de la ciudadanía.
Los ciudadanos en el mundo están HARTOS de la clase política tradicional y sus instituciones que solo sirven para el beneficio de la clase en el poder. Las victorias del Brexit, del NO al acuerdo con las FARC en Colombia y ahora de Trump son síntomas de una misma causa. La gente ya no quiere que los políticos y burócratas tomen las riendas del destino.
Esto nos deja en México con tres tareas fundamentales:
1. La economía al borde de la crisis
La economía mundial recibió a Trump con cautela, no se desató el pánico. Solo en México vivimos un escenario dramático con una devaluación sin precedentes. La señal es clara: la economía mexicana ya estaba colgada con alfileres antes de Trump.
Hoy cualquier sacudida la pone a temblar. Deliberadamente, el Gobierno ha seguido una política económica que ha puesto a México en una posición vulnerable.
Ojo al dato. Cuando Trump habló esta madrugada el peso subió, hubo calma.
Cuando esta mañana hablaron el gobernador del Banco de México y el Secretario de Hacienda hubo pánico. Con su discurso hueco devaluaron el peso de 19.75 a 20.25.
En esta situación previa a la crisis tenemos que actuar con audacia. Hay que frenar en seco la deuda que está creciendo a niveles insostenibles. Hay que terminar con la política de confiscación fiscal que de 2012 a la fecha expropia a los ciudadanos el doble de impuestos. Hay que hacer un muy severo recorte al gasto público. Hay que desregular nuestra economía y quitar de una vez las trabas que hoy impiden a tantos emprendedores crear riquezas y empleos. De nuevo: tenemos que regresarle a los ciudadanos las riendas de sus destinos.
2. Limitar al gobierno
¿Qué es lo que tanto nos asusta de Trump? Que tendrá poder, fuerza. Ese es el problema. Construimos instituciones políticas con grandes poderes y débiles contrapesos. Nos asusta que gane Trump, que gane López Obrador, que ganen tantos líderes populistas que hoy existen en el mundo.
Es el momento de limitar al gobierno. No podemos dar tanto poder a una institución que siempre puede caer en malas manos. Tenemos que hacernos una pregunta fundamental: ¿El poder que hoy tiene el gobierno nos daría miedo si cayera en manos del candidato X? Si la respuesta es sí, el problema no es el candidato, es el poder. Debemos recortar ese poder.
3. Empoderar al ciudadano
Observo una profunda indignación de mexicanos por el triunfo de Trump, permítanme decirles que México no necesita de Trump para estar peor, nuestros gobiernos nada ejemplares ya se han encargado de ello.
No hay alternativa. Tenemos que ofrecer a los ciudadanos una oferta política disruptiva, pues ya están cansados de las opciones tradicionales, y esa oferta disruptiva tiene que estar basada en limitar al gobierno. El ciudadano tiene el poder es momento de que lo ejerza directamente sobre su propia vida. Que recupere su libertad, responsabilidad y dignidad.
(Fecha de publicación 10112016)