MÁS IMÁGENES, 4. Entre la austeridad republicana y el centavismo, entre lo popular y lo populista
(Sin duda fue un asunto “complicado y difícil” alertar a los londinenses de cada bombardeo nazi sobre la capital de los ingleses, pero Winston Churchill no les preguntó si debía o no accionar las sirenas de alarma, para cada incursión de la aviación alemana.)
QUIZA EL CELO EXCESIVO del presidente electo por allegarse dinero (lo real) y por dar una nueva imagen de derechura (lo simbólico) le ha orillado a exigir reducciones que pueden rayar en lo absurdo, absurdo por contraproducente, si recordamos ese dicho que reza Lo Barato Cuesta Caro. Nos explicamos (sin siquiera hablar del ajuste al presupuesto de las universidades, a la baja y “según la inflación”).
¿HABRÁ SIDO JIMÉNEZ Espriú quien le fijó en la mente a AMLO la idea del pequeño aeropuerto militar de Santa Lucía? No lo sabemos ni lo sabremos. Algunas fuentes aseguran que la idea fue comprada por López del constructor Rioboó, quien no fue favorecido por ninguno de los proyectos que sometió al gobierno federal para participar en el NAIM (Nuevo aeropuerto internacional de México). Lo que se supo recientemente es que el esperadísimo mensaje decisorio del estudio interno obradorista acerca de este importante conjunto fue demorado por un día: en una dramática nota a deshoras durante la víspera, el gobierno paralelo informaba que MITRE (una autoridad mundial del Instituto Tecnológico de Massachussets, MIT) había suministrado nueva información que debería incorporarse al dictamen antes de ser publicado, esto sin darnos detalle alguno. Medio día después se anunció que persistían las dos variantes: o se persiste en seguir lo que se está haciendo según el proyecto peñista o se dota de dos pistas más en la instalación militar de Santa Lucía, para ahorrarse futuras inversiones en una obra que ha superado ya los gastos previstos, esto que se terminará para funcionar el año 2022. Esta vez los noticiarios daban a entender que la tercera vía que consiste en seguir donde mismo pero concesionar a la IP los gastos posteriores. La demora era poco justificable pues volvimos a lo mismo, o así parece. Lo que sí fue comprobado es que, basados en la IATA, los profesionales aeroportuarios hicieron ver al MIT la inseguridad a causa de la simultaneidad en el uso de ambos aeropuertos. Suponemos que el IMT rindió un informe que rebasa lo simplemente aeroportuario, por más que sea esencial en la gestión –de hacer volar—por estos lugares.
Además de una consulta acerca de lo punitivo de la reforma educativa, y alguna otra más, estos días López ha insistido diariamente en que durante octubre se procederá a sondear la opinión pública acerca del NAIM para asumir definitivamente la decisión final –además se citó a consultar con “un par de peruanos” que habrían sido dos operadores de vuelo–, haciendo acopio de información crítica que sería publicada a finales de octubre mismo y así terminar una larga y voluntariosa telenovela. Esta visión de la colaboración sociedad-gobierno dará por vez primera voz a Juan de los Xolotes, Juan de la Calle, Juan sin Miedo, El Gordo Juan de la Perica, el pedo Juan Pérez y el cabrón Juan Martínez, ¡a los Juanes amantes del Puuuuto…! en los partidos del fútbol nacional, —se hayan encaramado o no en algún avión, sepan más o no que la IATA, que los sabios holísticos del IMT y que Jiménez Espriú, o que el mismo AMLO acerca de la viabilidad financiera, la capacidad administrativa de una operación tan especial por lo compleja, delicada, costosa y peligrosa–… El voto decisorio “de todos” acerca de la vida o muerte del mayor aeropuerto de América Latina se aplicará sobre una construcción que ya ha recibido dos terceras partes del dinero. López dice que la razón estriba en lo difícil y complicado de escoger (hasta Espriú dio a conocer lista de pros y contras para ambas posibilidades para iluminar a los neófitos); la consulta pública será “vinculatoria». Sí ésta es la Única Gran Obra de Infraestructura del Peñismo, pero no es tan vital como para movilizar a la población, como si estuviéramos invadidos militarmente por los gringos: hay escalas históricas y sociales en las que se mueve la gente; hay aparte y arriba escalas gubernamentales que a veces coinciden, aunque rebasan las individuales por tratarse del interés colectivo. Pero involucrar a los ciudadanos para escoger un proyecto que saliera mal o saliera bien a los diez años, es algo que está cayendo entre medio gobernar y el mal gobernar ¿Por eso quiere cobrar tan poco el presidente? ¿Todos nosotros juntos somos el presidente?
PIENSA MAL Y ACERTARÁS: ¿y si todo esto fuera para tumbar esa Única Obra Priista a pesar de los apretones de mano entre el saliente y el entrante y su transición de terciopelo? ¿O se trataría de darnos idea de que el presidente nos está invitando a ayudarlo, por lo que está acercándonos a su regazo?
Podemos y debemos tomarle la palabra pero bajo acuerdos colectivos, no paternalistas, ni deseos personales del gusto o las creencias del ejecutivo. Todavía (agosto 16) sigue oscuro el asunto, no obstante lo único claro es que a Obrador los votos le dieron la autoridad, pero el poder es cosa suya que se demuestra actuando, actuando transparente, sensatamente bien. Decidiendo por su poder constitucional.
Se antepone la sana búsqueda de ahorros. Pero si para chotear la participación pública se comienza a manosear encuestas, foros y consultas para cada situación difícil y complicada… comprometiéndonos los ciudadanos en decisiones políticas más allá de lo técnico y lo administrativo, ¿para qué necesitamos al gobierno? ¿podríamos manejarnos solos si la representación legislativa y la ejecución federal se auto eliminan? ¿Deberemos asumir la política presidencial sin ser presidentes de la república? Por supuesto que no. Ése es el verdadero tema, no el aeropuerto ¿Para qué representarnos a nosotros mismos, para qué votar presidente si nosotros estaremos tomando las decisiones?
López Obrador no tiene por qué deshacerse de sus ideas y planes rumiados, acunados, acariciados durante toda una vida. Ahora que finalmente está por arriba no es creíble que desee encauzarnos para cambiarle decisiones. Pensarlo así es pensar demagógicamente. Pero nos dice que somos un pueblo sabio y maduro, que la prueba acaba de suceder (elegirlo) y que el NAIM irá o no preguntando… a todos. Antes dijimos que el presidente merece y necesita nuestra colaboración, pero las reglas de la participación social se deberán consensuar de común acuerdo púes dictarlas desde arriba repite actitudes que deberían haberse ido en La Cuarta Vez.
POR LO DEMÁS seguiremos insistiendo en que eso llamado pueblo mexicano es un resabio hijo de gen priista. No señor, somos La Sociedad Civil; estamos en el 2018, otro año dentro de la corrupción por el que los nietos abandonaron hasta morir a su abuela, a la Revolución Mexicana. Insistir en el pueblo mexicano es insistir en que al tabasqueño le llamen ‘populista’. Octavio Paz dijo que para dominar, poseer, aprovechar algo, antes es preciso darle nombre: la palabra es el inicio del poder.
–Dionisio Estrada
(FECHA DE PUBLICACIÓN.27/082018 //