MÁS IMÁGENES 5. Adiós Peje
¿Será privilegio? Pocos saben la fecha exacta de su muerte, pero el viejo Andrés Manuel tiene los días contados como El Peje; ésta será justamente el 1 de diciembre. Para ser presidente Obrador no puede seguir siendo El Peje.
Con la banda tricolor al pecho deberá abandonar su rijoso papel de luchador social a fin de asumir un cargo de impecable moderación, visión de estadista, jefe de las Fuerzas Armadas y representante de todo un país ante la llamada comunidad universal. Los incrédulos dicen que se cayó para arriba. Sin un buen sastre a la mano.
¿Cuáles serían los cambios? Es más sencillo saber lo que fue.
En nuestro caso, la gran mentira del régimen descansa en el mito que reza Tabasco es un Edén, una canción que bien pudo haberse estampado en los tres colores de la posrevolución, porque este estado del sureste nacional sólo tuvo petróleo además del poeta Carlos Pellicer y, cuando Pellicer ha muerto y el petróleo se ha malgastado, desperdiciado, extinguido por la inocuidad y la inequidad gubernamentales ciegas ante la realidad geológica y muerta por la ambición de unos cuantos, queda a su vez una entidad federativa muerta. No es raro pues lo sabía, la antigua Oaxaca y la independentista y soberbia Chiapas siguen la misma caída: en todo el sureste pervive el siglo diecinueve. Castas, caciques, pantanos, selva, lejanía del centro y clima ajeno al cómodo concepto civil del altiplano nacional, esta parte del país sigue olvidada de los demás y absorbida por las grandes familias locales y la codicia de no pocas familias extranjeras. El centro mexicano no ve, no oye, no sabe nada, pues ya está en la siguiente dinámica, la de la globalización, la era del neocapitalismo de los becados por la Escuela de Chicago. La gente bonita no tiene nada que ver con los verdes suresteños, ni quiere: por eso permite la supervivencia de la colonia avasallante sobre unos pueblos analfabetas, maleados por la maldad, bravos amigos de la componenda por sobrevivencia. Todo el sureste es un malsano satélite ignorado e ignorante. De allí es Manuel, desde allí su grito emergente tan seductor.
El petróleo era de pocos, Cárdenas, pero cuando fue cooptado y dilapidado por los cocacolos de Fox llegamos al extremo del tótem rentado por el PAN. Allí quizás Obrador subió de miras, no porque el presidente de entonces quisiera deshacerse de la piedra en el zapato, tampoco porque la agotante riqueza nacional se estaba yendo en sábanas italianas o encajes holandeses, sino porque gobernar ya era una caricatura. En un aguerrido lance Fox quiso reducirlo (por el pretexto de una calle que se abriría para cierto hospital) mediante un mexican impeachment, asunto legal que hizo famoso al tabasqueño –por primera vez—a escala nacional; Obrador había sido hasta entonces un tabasqueño director de la capital mexicana y nada más.
Obrador nos salió caro. Los periódicos midieron las pérdidas comerciales de su muy largo plantón en el más bello bulevar de la capital mexicana, la calle de la emperatriz Carlota, luego apropiadamente rebautizado como Paseo de la Reforma. Además, comenzó a distribuir en la tv esas frases agudas de rezongo que removían la tranquilidad priista y coloreaban los noticiarios de la época, todo para reforzar su imagen diferente. Esto vende entre la ciudadanía y él lo sabe. Cuando la muy peculiar izquierda mexicana lo arropa para dirigir la capital nacional se dirige a los ciudadanos a las siete de la mañana, todos los días, fijando agenda política entre los dormidos atlantes priistas dueños del resto del país.
Visita tres veces la geografía nacional como si eso bastara para conocerla, no importa, lo hizo. Así se inscribe tres veces en los comicios presidenciales y, con ayuda de sus dos hijos mayores, establece una red nacional de apoyo para esa tercera vez, la definitiva y definitoria. Cunde como el salitre y arrasa en los comicios. Compró al votante de los hartazgos y se hizo del poder. Y allí está sonriente y beisbolero. Es dueño de la mayoría política mexicana, acaso deseada pero nunca así considerada. Durante los mismos tiempos como Trump la hizo muy a su pesar, porque, señal de los tiempos, hoy recibe a la prensa en un patio (al lado de la famosa escalera de antes) donde todo lo preside los retratos de Madero, Juárez y Morelos que no son los de Bolívar si de paralelismos se trata, pero de paralelismos de que se sirve la oposición ¡Ay Venezuela que no quieres ser México, pero te obstinas subliminalmente en semejarte!
Precarista político, un tabasqueño fue capaz de reconocer la caída de los mexicanos y el origen de ella y ha sido capaz de emprender una batalla contra esta declinación (México caería como ha caído Tabasco) y se ha arrogado la lanza de ser su salvador, pese a todo. Le dicen mesiánico sabiendo o no sabiendo, pero allí está su deseoso ímpetu por sacarnos adelante, con sus caprichos, fobias y mitos. Que la gente se le haya entregado será la medida de lo que esa misma gente le exigirá más pronto de lo que creemos- Se trata de una epopeya que a todos afectará.
Sólo nos queda esperar y apechugar si las cosas personales se encauzan y si coinciden o no con las verdaderamente colectivas. No hay registro de cómo se comporta un irascible pero sonriente presidente tabasqueño. Los que paguen seremos nosotros.
La ONU espera que ninguna frase incendiaria desdore el expresivo amor Trumpiano para el líder. La OTAN suspira porque México no esté más al norte. Y la OCDE-que ha co gobernado por tantos años al país—no sabe cómo seguir adelante. Mientras, China, India y Rusia esperan que nos acerquemos a gobernantes menos bisoños que los cuentachiles americanos. ¿Sabrá ya todo lo que tiene que saber? ¿Bastarán seis años para remontar la grilla de setenta? ¿Hasta dónde no llega la política? Una cosa es decir lo no que se hará ante promesa de que no traicionar la ilusión colectiva y otra aportar al crecimiento efectivo de los mexicanos. Hechos son cariños. Mientras, el terciopelo indica que Peña y Andrés sean compadres. Por lo pronto lo único seguro es la irrupción nacional del béisbol. Mañana no sabremos, nosotros los hijos de los políticos.
–Dionisio Estrada.
(FECHA DE PUBLICACIÓN.06/092018 //