MESA DE REGALOS 3: Las feas del baile llamadas OMOs
No sabemos quiénes diseñan las temporadas sinfónicas y de otros conciertos de música sabia en éste y otros países. Pese a tener cada vez más y mejores músicos en todos los renglones, el repertorio sigue siendo “la misma comida del IMSS”, inodora, incolora e insípida. Los políticos en materia musical indican que se debe proceder poco a poco en eso de la alta educación musical, no porque hubiera de “no malgastar perlas en los cerdos –que es cita bíblica-“ sino porque el tiempo ciudadano es lento. Y nos dan atole con el dedo. Olvidan o de plano nunca supieron que Bertold Brecht dijo alguna vez que “El arte no debe bajar al nivel del público sino que es menester subir al público al nivel del arte”.
Tras esta angustiada perorata debo presentar mis propuestas de regalo para esta estrega. Aquí va.
Existen músicas de primerísimo nivel que nunca se programan en los circuitos oficiales, de modo que enfilo mi lanza en favor de las Obras Maestras Olvidadas (OMOs) de que tengo memoria.
Entre los regalos que aspiro a que mis lectores atiendan están:
1. LE POEME DE L’AMOUR ET LA MER (Ernest Chausson ) donde la mezzosoprano se enfrenta a una vaporosa orquesta entre quienes retratan un supuesto erotismo decimonónico donde el mar es la clave y el nido de poemas indecibles. Dame Janet Baker es una buena opción entre las versiones a mano. Los franceses son maestros en este asunto de trasladar el erotismo común a estándares de belleza poco atendidos.
2. LA RAPSODIA PARA CONTRALTO Y CORO MASCULINO ( Johannes Brahms), obra acaso ocasional y sin embargo de una estatura que a mi parecer no alcanza tan famoso compositor en sus difuminadas sinfonías. Busque la versión de Aafje Heynis, como solista.
3. LOS CANTOS DE AUVERNIA. Nethania Davrath, en su vol. 1, nos entrega una gloriosa reconstrucción de canciones rurales de la campiña francesa que recogió… y que son revividas no sólo en su natal belleza, que lo es, sino por la cristalina voz de una soprano apoyada por la orquesta de Pierre de la Rue en una encantadora visita a la musicalidad de los franceses semi-analfabetas pero seguros poetas.
4. SUOR ANGELICA (Puccini) es una ópera corta, un tercio de lo que luego se llamaría Il Trittico, para programar el tiempo suficiente a fin de justificar una función normal . Sin la corrosiva mirada posterior de Buñuel, este retrato de la humanidad dentro de un convento, es potente e inolvidable. Prefiera la versión –privada y fragmentaria- eencabezada por Beverly Sills en vivo desde la Opera de Nueva York.
5. Ottorino Respighi compuso entre muertos, es decir, aprovechando las cosas musicales del prójimo que encontró a su paso, lo que nunca ha sido un mal negocio. Sus 3 SUITES DE LAÚD se enhebran y armonizan para orquestar delicados y deliciosos momentos de la época renacentista. Busque la versión dirigida por Antal Dorati, quien entendió la trascendencia de todo este juego estético.
6. Su tratamiento de Romeo y Julieta es tan importante como el que le daría después Prokofiev, otro ruso de estatura. Pero quizás no son sus sinfonías ni conciertos lo más perdurable. En sus 3 SUITES PARA ORQUESTA Tchaikovski demuestra por que -con Ravel- es el maestro de la orquestación. De nuevo acuda a Dorati.
7. Cuando Hollywood se hizo culto acudió a Rachmaninov, ruso emigrado, e hizo escuela con una música romántica arrolladora para muchas de sus películas. Con todo, otro ruso – Sviatoslav Richter- tuvo que apersonarse en Carnegie Hall de Nueva York para delinear el verdadero espíritu de su connacional. Grabados en vivo, los PRELUDIOS PARA PIANO, OPUS 23 Y 32 quedan para la historia.
Algo para quien tiene todo para piano solo.
8 y 9. Frédéric Chopin es el piano y el piano es Chopin- Este compositor hizo de su vida un teclado (mientras su amante se lo permitía). Pero su terrenalidad nacional nunca le permitió dejar Polonia en su mente. Sus encantadores, llorosos pero íntimos y bellísimos NOCTURNOS son servidos con elegancia y corazón por el pianista Ivan Moravec. Con todo, si de mover los pies a la manera de ese maravilloso pueblo se trata, acuda a las MAZURKAS, según el docto pianismo de Artur Rubinstein.
10. Hacia finales de los pasados años cincuenta, Serguéi Prokofiev era capaz de crear lo que deseara. Contra lo previsible, escribió su SEPTIMA SINFONIA en una vena intimista y casera, de una abierta ternura rodeada por los acostumbrados movimientos chispeantes con la que iba a coronar una larga carrera musico-política de agrias y arrogantes músicas anti sistema. Aunque el hijo Gennady Rozhdestvenski ha reproducido la versión del padre Nikolai P. Anosov , éste último es el maestro interpretativo sazonado por la experiencia.
11. y 12. Las American Musicals son lo que El Género Chico de los españoles. Para dos miradas longitudinales de lo que en Broadway se hizo, es preciso acudir a dos discos, el primero coral y el segundo orquestal. El coro de Norman Luboff ostenta un surtido que va del nacionalismo gringo en This is the Army Mr. Jones hasta las muy sentidas Climb Every Mountain y Yuo¨ll Never Walk Alone,.
Como no cantan a capella, les acompaña una sobresaliente orquesta. Y si de orquesta se tratara, la (fantasmal) orquesta llamada Cleveland Pops ( formación veraniega de la sinfónica que domara hasta la perfección el guerrero George Szell) entrega su propio ramillete de melodías inolvidables, como The Embassy Waltz, tres danzas de On The Town y más.
Regale música.
(Fecha de publicación 10012018)