Nivel de anticuerpos predice riesgo de muerte en pacientes críticos con COVID-19
Desde la identificación del virus SARS-CoV-2 como el causante de la COVID-19, numerosos estudios han hecho puesto de relieve el papel fundamental que juega la proteína en espiga (S) a la hora de permitir la entrada exitosa de este virus en diversos tipos de células humanas, con especial importancia en las del sistema respiratorio.
Por lo tanto, disponer de anticuerpos contra esta proteína es fundamental para combatir satisfactoriamente la infección del SARS-CoV-2 y que esta no derive a una forma crítica. Sin embargo, hasta este momento no se había estudiado la relación entre el nivel de estos anticuerpos en pacientes críticos en el momento de ingresar en la unidad de cuidados intensivos con la probabilidad de tener un desenlace fatal.
Precisamente este fue el objetivo de un estudio con la participación de investigadores del grupo de investigación BioSepsis del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca, del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid, de la Unidad de Infección Viral e Inmunidad del Centro Nacional de Microbiología, así como a varias unidades de cuidados intensivos españolas que participan en el proyecto Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) de Enfermedades Respiratorias (CIBERES)-UCI-COVID, financiado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) a través del Fondo COVID-19, cuyos resultados se publicaron a principios de octubre en Journal of Internal Medicine.[1]
Menos anticuerpos anti-S, mayor probabilidad de morir y mayor carga viral en sangre
En este estudio, uno de los más grandes hasta la fecha focalizados en analizar anticuerpos anti-SARS-CoV-2 en pacientes críticos con COVID-19, se analizaron muestras de plasma EDTA de 92 pacientes tomadas en un plazo de 24 horas desde su ingreso en las unidades de cuidados intensivos del Hospital Universitario Río Hortega y el Hospital Clínico Universitario de Valladolid, y del Hospital Gregorio Marañón y el Hospital Príncipe de Asturias de Madrid entre el 16 de marzo y el 15 de abril de 2020 (primera ola pandémica).
Los resultados obtenidos mostraron que 37 (el 40,22%) de estos pacientes presentaban niveles insuficientes de anticuerpos anti-S de tipo IgG e IgM, de los cuales 12 (un 13,04%) padecían una ausencia completa. Esto se tradujo en «una probabilidad de morir durante los 30 primeros días tras el ingreso en la unidad de cuidados intensivos hasta siete veces mayor que aquellos que sí habían producido un nivel óptimo de anticuerpos. Además, este déficit en la producción de anticuerpos se asoció con un escape de antígenos y material genético del virus a la sangre, que también supone un mayor riesgo de muerte», explicó a Univadis España el Dr. Jesús F. Bermejo-Martin, inmunólogo, director de BioSepsis e investigador CIBERES participante en el proyecto.
«Esta presencia del virus en plasma, siendo un patógeno que ataca mayoritariamente al sistema respiratorio, puede parecer contradictoria y, de hecho, es algo que solo sucede en pacientes críticos, tal y como vimos en un estudio previo. Pero en realidad tiene todo el sentido, ya que, a menor cantidad de anticuerpos, menor capacidad para contener al virus, por lo que este podrá extenderse más fácilmente a otras partes del organismo. Los anticuerpos anti-S son, por tanto, fundamentales para controlar la replicación del SARS-CoV-2», continuó el Dr. Bermejo-Martin.[2]
Próximos pasos y futuras aplicaciones
Esta investigación se llevó a cabo analizando anticuerpos, carga de ARN viral y antigenemia en muestras de la primera ola pandémica, por lo tanto, aunque «revela unos resultados de gran interés y muy prometedores, es necesario realizar estudios con un mayor número de pacientes para dotarlo de mayor robustez estadística, y que también incluyan a pacientes de las sucesivas olas», puso en contexto para Univadis España la Dra. Alexandra Borjabad, viróloga del Hospital Mount Sinai de Nueva York e investigadora ajena a este estudio.
Una apreciación que los investigadores del CIBERES-UCI-COVID comparten al 100%. Por ello, ya están trabajando con muestras de pacientes de las olas posteriores, no solo para aumentar el tamaño muestral, sino que, «aprovechando que hemos tenido más tiempo para diseñar este segundo estudio, no nos limitaremos a mirar solo nivel de anticuerpos y carga viral, también estamos analizando el daño tisular, la respuesta inmunológica, inmunosupresión, etc.», declaró para Univadis España el Dr. Bermejo-Martin.
Respecto a las posibles futuras aplicaciones en la práctica clínica diaria, «la cuantificación de anticuerpos anti-S podría ayudar a identificar a los pacientes que, justo antes de entrar en la unidad de cuidados intensivos, tienen un peor pronóstico y mayor riesgo de fallecer, por lo que deberían empezar a la mayor brevedad posible alguno de los tratamientos con anticuerpos monoclonales dirigidos contra esta proteína», razonó el Dr. Bermejo-Martin.
«Por ello, hemos patentando un kit de funcionamiento similar a los test rápidos de detección de antígenos, en donde analizando la muestra de un paciente con COVID-19 grave, podamos saber en unos 15 minutos si está generando anticuerpos anti-S y en qué número para ayudar así a decidir al neumólogo de planta si esté paciente ha de ser ingresado inmediatamente en la unidad de cuidados intensivos y con qué tratamiento», concluyó el Dr. Bermejo-Martin.
Este estudio fue financiado mediante subvenciones de concesión directa para proyectos y programas de investigación del virus SARS-CoV-2, causante del COVID-19, FONDO – COVID19, Instituto de Salud Carlos III (COV20/00110, CIBERES,06/06/0028), y la Convocatoria extraordinaria y urgente de la Gerencia Regional de Salud de Castilla y León para la financiación de proyectos de investigación en enfermedad COVID-19 (GRS COVID 53/A/20)(CA). Ninguno de los autores declaró ningún tipo de conflicto de interés.