NOTAS SUELTAS. Otra vez las pensiones
«Esta crisis evidencia que es una suerte tener un sistema de pensiones; sin él hoy estaríamos en una situación más dura en términos sociales» (Carles Campuzano, CiU).
Desde hace tiempo el tema de las pensiones ha sido recurrente, con matices escalofriantes que mucho recuerdan a aquellas películas donde un enorme asteroide se acercaba a la tierra con una trayectoria alarmantemente dirigida hacia algún punto de la superficie planetaria. Los gringos, salvadores del mundo por ministerio de Hollywood, hacían uso de seso y tecnología (el orden de los factores no altera el producto) y terminaban con una explosión bastante lucidora gracias al arrojo de osados astronautas (se entiende que lo arrojado eran misiles y la operación estaba a cargo de los astronautas). La tierra se ha salvado una vez más y la humanidad puede seguir consumiendo lo que “América” produce.
Bueno, pues así parece pintar la cosa pensionaria en un mundo donde las instituciones manchadas por la secreción neoliberal le dicen al ciudadano entrado en años: “¿no cree usted que ya es tiempo de morirse y dejar de ocasionar gastos al fondo de pensiones?” Tenemos el caso típico de que los patos les tiran a las escopetas, si recordamos que el Pueblo es el soberano.
Pero, por si fuera poco, las empresas administradoras de fondos y los despachos de actuarios constituidos en oráculos del desastre, les dicen a las “nuevas generaciones” que deben ahorrar más si quieren llegar a viejos con un ingreso más o menos viable para seguir con el alma pegada al espinazo; y, de preferencia, deben procurar darse de baja de la vida en la primera oportunidad que se presente tras el retiro.
Según esto, la clave del éxito empresarial dedicado a “garantizar una vejez tranquila y digna” es simple: usted aporta sus ahorros, los aumenta lo más que pueda porque “el sacrificio económico de ahora es la disponibilidad futura” y, por supuesto, debe retirarse lo más tarde posible y, ya entrados en gastos, fallecer al poco tiempo para dar paso a una nueva generación que ya exige su espacio en la economía nacional.
Se entiende que la buena disposición de usted es fundamental para la salud de las empresas que cuidan sus ahorros y además disponen de una parte de su dinero para invertirlo y que le cobran una cuota por hacer lo que les plazca con su dinero. De hecho, las Afores introdujeron la palabra “minusvalías” para referirse a las pérdidas que sufre el ahorro cautivo, con cargo al dueño de los recursos y sin responsabilidad para la empresa que ordeña la vaca pensionaria.
Tanto el titular de la Secretaría de Hacienda como el vicegobernador del Banco de México se han pronunciado, uno con discreción y el otro con cierto empaque financiero, por la necesidad de aumentar la edad de jubilación, lo que simplemente significa mayor tiempo de cotización y, obviamente, mayor flujo de recursos para las empresas nacionales y extranjeras que hacen su agosto con nuestras pensiones.
Pero, más pronto de lo que se dice “ganso”, el señor Presidente López Obrador saltó a la palestra fenicia y dijo “no”. “No se aumentará la edad de retiro mientras sea presidente”. Los mariachis financieros callaron… Los jilgueros a modo y los chayoteros de costumbre lanzaron gritos de horror por la futura crisis financiera que se profundizará hasta el centro mismo de la actividad económica nacional… y más allá.
El asteroide económico con curso a la ganancia de las Afores (y los bancos extranjeros a ellas asociadas) se podría desviar o destruir mediante los misiles del ahorro aumentado y por más tiempo, hasta que se descubrió un mensaje oculto en una botella flotando en las finanzas nacionales: “la seguridad social es un derecho internacionalmente reconocido y en México el Estado es el responsable de garantizarla”.
En Sonora, el ISSSTESON ha sido la manzana deseada por cada uno de los gobiernos neoliberales recientes del PRI y el PAN y el objeto de saqueos que alcanzaron cifras tan descomunales (sobre todo en el gobierno de Guillermo Padrés) como asteroide de película gringa. Para resolver el desastre, la receta fue aumentar las cuotas y el tiempo de cotización, como lo establece la conocida Ley Bours o Ley 38 del ISSSTESON, que los sucesivos gobiernos han convertido en garrote para tundir sin respiro a los trabajadores mediante la obligada firma de “convenios” leoninos donde la clave usted la conoce: “pagar más y por más tiempo”.
Recientemente la Universidad de Sonora dio paso a la firma de un nuevo convenio en el que se le da entrada a la aplicación retroactiva de la ley 38 y se nulifica el derecho de los trabajadores, porque modifica las ventajas legales de que gozaban antes de la reforma a la Ley en 2005.
En defensa de su derecho, los trabajadores habían demandado al ISSSTESON por nivelación de pensiones, según lo establecido en la Ley del ISSSTESON antes de la reforma y considerando la no aplicación retroactiva de las normas jurídicas, pero la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) falló en contra de los trabajadores, estableciendo un criterio más político que legal que favoreció al gobierno. El milagro lo operó el entonces ministro de la SCJN Eduardo Medina Mora (actualmente investigado por actos reiterados de corrupción), en obsequio a la “preocupación” de la señora de Torres, gobernadora del Estado, por las finanzas del Instituto.
Paralelamente, se hace posible la propuesta del panista Gullermo Padrés sobre la venta de bienes como los estadios en Hermosillo y Ciudad Obregón, entre otras muchas propiedades del pueblo de Sonora. Misiles contra el asteroide financiero generado por la inercia de saqueos al erario y desviaciones de fondos de los trabajadores a cargo del ISSSTESON, quienes, hoy por hoy, deberán pagar más por más tiempo.
Los estadios están en curso de venta al gobierno federal pero, ¿el dinero que ingrese será para apuntalar la seguridad social a cargo del ISSSTESON o alguna fuerza magnética espacial desviará los misiles financieros lanzados para destruir la amenaza?
Eduardo Medina Mora ya está fuera de la SCJN, pero ¿las transas, acuerdos y fallos a favor de la leperada, incluida la decisión contra la nivelación de pensiones en Sonora, quedarán como polvo espacial que se diluirá en el infinito de corrupción y leperada que el actual gobierno ha heredado? ¿La responsabilidad del ISSSTESON y el gobierno del Estado por la desviación de los fondos se perderá en el éter? Espere noticias… el asteroide está en curso y los misiles también.
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PUBLICADO EL 13/10/2019)