Nov 25, 2024

El oscuro secreto de la cultura laboral de Uber

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CIUDAD DE MÉXICO. MX. LAURA VELA.— ¿Creías que porque Uber es considerado un unicornio todo es color de rosa, mágico, mitológico y lleno de criaturas de bondad suspendidas entre las nubes?

Pues no.

De acuerdo con un reporte de The New York Times, la cultura laboral de Uber es “abusiva”. Para ejemplo basta el reciente comportamiento de su líder, Travis Kalanick, quien fue grabado insultando a un chofer cuando éste le expresaba una de sus inconformidades.

Conductor reclama al CEO de Uber y esto fue lo que le contestó

Según el artículo del diario, “cuando los nuevos empleados llegan a Uber, les piden que se apeguen a 14 valores centrales de la empresa, entre ellos estar ‘obsesionados’ con el cliente y ‘trabajar muy arduamente’”.

Aunque hoy la empresa tenga un valor de cerca de 70,000 millones de dólares y esté presente en más de 70 países, no quiere decir que su estructura interna -la emocional- esté libre de pecado.

¿Meritocracia o pasar por encima de los demás?

Por ejemplo, se acusa de que el enfoque de meritocracia de Uber provoca que “los trabajadores a menudo se enfrentan unos a otros y se ignoran las infracciones de los ‘mejores’” (aquellos de grupos selectos o con mejores resultados).

Pruebas que tiene el diario. Según el reporte existen entrevistas con más de 30 empleados actuales y antiguos de Uber, correos electrónicos internos, registros de chat y audio de reuniones que dan cuenta de la cultura de trabajo de la empresa.

Entre las acusaciones más fuertes se encuentran:

Un gerente de Uber que tocó los senos de sus compañeras en un retiro de la empresa en Las Vegas

Un director que gritó ofensas homofóbicas a un subordinado durante una confrontación en una reunión

Otro gerente que amenazó con golpear en la cabeza a un empleado de bajo rendimiento utilizando un bat de béisbol

Uno de los valores principales de Uber es que los gerentes generales de cada país “sean ellos mismos”, y se les empodera para tomar decisiones sin la supervisión intensa de las oficinas centrales de San Francisco, con la finalidad de lograr metas de crecimiento e ingresos.

¿Será que cuando esas son las metas de una empresa (lograr crecimiento e ingresos cueste lo que cueste) está la cultura laboral en camino a la quiebra?

Para avanzar en la empresa a menudo es necesario socavar a los líderes de los departamentos o a sus colegas, según declaraciones de empleados al diario.

Además, al parecer, un grupo en particular era inmune al escrutinio: los miembros del A-Team, un grupo selecto compuesto por ejecutivos cercanos a Kalanick que no tienen por qué rendir cuentas de sus actos.
Acoso sexual

Hasta ahora solo eran rumores en Silicon Valley. Pero estos tratos y otros, como el acoso sexual, son una realidad en Uber.

Todo comenzó cuando una exingeniera denunció en su blog que había sido acosada sexualmente por su jefe y que, tras denunciarlo, sus posibilidades de avanzar en la empresa se evaporaron. En el mensaje, titulado «Reflexionando sobre un año muy, muy extraño en Uber», Susan Fowler dijo que el departamento de recursos humanos hizo caso omiso de sus quejas porque su jefe tenía un “alto rendimiento”.

Sus revelaciones provocaron una crisis interna en Uber y Kalanick abrió una investigación. Para revisar el caso, también pidió ayuda a Arianna Huffington, integrante del consejo de Uber, y al exfiscal general Eric H. Holder. En algún punto Kalanick se disculpó con los empleados por dejar que la empresa y su cultura de trabajo llegaran a ese punto. “Lo que puedo prometerles es que mejoraré cada día”, dijo.

Pero lo que acaba de suceder con el CEO de la empresa desata aún más cuestionamientos…

Ahora, que peleó con un conductor, también se disculpó. Tras la publicación del video donde se muestra su conducta, Kalanick dijo que debe «madurar» y se disculpó con el conductor y con todo el colectivo.

Esta es la primera vez que estoy dispuesto a admitir que necesito ayuda al liderazgo y tengo intención de obtenerla», señaló.

Pero estas dos lamentables ocasiones no son las únicas en las que Kalanick ha dado muestras de su temperamento. En un artículo de GQ en 2014, según The New York Times, el CEO se refirió a Uber como “Boob-er”, una referencia en inglés a los senos, pues, según él, la empresa lo ha ayudado a atraer mujeres.

Por si fuera poco, Uber enfrenta tres demandas en al menos dos países por parte de antiguos empleados, quienes alegan haber sufrido acoso sexual o abuso verbal por parte de gerentes, según documentos legales que revisó The New York Times.

 

Uber no es el único

Lamentablemente el mundo de las grandes empresas y emprendedores de grandes y exitosas startups no es lo que parece. En un blog Sandra Barrón, diseñadora de producto, cuenta cómo fueron sus días como gerente de producto en Easy Taxi.

Barrón cuenta que cuando entró a la compañía como Gerente Regional de Producto para Centroamérica y México, todo fue “miel sobre hojuelas”.

«Aprendí metodologías, lenguajes de programación y capacidades gerenciales que nunca había podido demostrar. Amplié mi experiencia en Centroamérica y México, incluso aprendí portugués”.

Todo eso cambió un día de febrero cuando un par de empleados con “una relación sexual y afectiva que iba en contra de los reglamentos de la empresa según recursos humanos” no asistieron a una junta que tenían programada con ella.

«Yo hice lo que pensé que era mejor y mandé un correo a mi jefe administrativo y a recursos humanos. Me respondieron que mis compañeros de trabajo eran muy buenos en lo que hacían y que yo tenía que adaptarme al estilo de las personas con las que estaba trabajando”.

¿¡Cómo!?

“Así fue como una serie de experiencias horribles comenzaron a suceder sin que yo pudiera hacer nada”.

A partir de entonces Barrón comenzó a vivir maltrato laboral:

Recibía “correos insultantes” desvalorizando su trabajo
Hechos como no ser citada a juntas importantes de forma intencional
Gritos

Peticiones “absurdas”, como trasladarse a oficinas externas a Easy Taxi para arreglar correos electrónicos

Fue reprendida por quejas sin fundamentos

Conservó un salario muy por debajo de los sueldos de sus compañeros masculinos de menor rango “y con mucha menos experiencia profesional”.

Hacía finales de 2015 Barrón fue despedida por “recorte de personal”.

Después de conocer el caso de Fowler, Barrón se percató de un patrón común en ambas empresas:

«Recordé cómo recursos humanos repitió exactamente esas mismas palabras que Susan recibió: preguntando si no creía que ‘yo’ era la del problema y no una oficina claramente disfuncional”.

¿En realidad pueden pretender las empresas que los empleados son “los del problema” y no, como lo dice Barrón, una compañía sin pies ni cabeza y con una cultura laboral cuestionable?
(Fecha de publicación 02032017)

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