Preocupa conexión entre consumo de alcohol y ciertos cánceres
Preocupa conexión entre consumo de alcohol y ciertos cánceres
La conexión entre el alcohol y el cáncer es preocupante. En 2020 se registraron en el mundo 740,000 casos de cáncer relacionados con el consumo de bebidas alcohólicas; de estos, el de esófago fue el más común en hombres, mientras que en las mujeres fue el cáncer de mama.
El consumo de alcohol representa un desafío tanto a nivel nacional como local, ya que comienza a edades tempranas y persiste de manera regular a medida que las personas envejecen.
El 53% de la población mexicana comienza a consumir alcohol a los 17 años o antes. Dentro de este grupo las mujeres conforman el 43%, cifra que aumenta a 47% en el rango de 18 a 25 años. En Sonora, el 9% de la población tiene un consumo habitual de alcohol, según datos de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat, 2017), lo que significa que beben al menos cuatro copas o más en una sola ocasión, al menos una vez a la semana. Mientras que, a nivel local en Hermosillo, cerca de una tercera parte (28%) de la población con edades entre los 18 y 65 años tiene un consumo excesivo de alcohol, y dentro de este grupo, el 22% son mujeres.
Las mujeres enfrentan complicaciones relacionadas con el alcohol a edades tempranas, incluso cuando consumen menos alcohol que los hombres. Primero, porque, en promedio, su peso corporal es inferior al de los hombres, y es que el alcohol se concentra principalmente en el agua corporal y debido a que las mujeres suelen tener una mayor cantidad de grasa, el porcentaje de agua en relación con su peso es menor. Así, cuando una mujer y un hombre del mismo peso consumen igual cantidad de alcohol, los niveles en la sangre de la mujer serán más altos. Esto aumenta su riesgo de sufrir resaca y pérdida de memoria a corto plazo y a largo plazo, además de incrementar el riesgo de padecer accidentes y cáncer.
No hay un nivel de consumo seguro
Todas las bebidas alcohólicas, ya sean vinos, cerveza o licores, se asocian con un aumento sustancial de la probabilidad de padecer cáncer de mama en las mujeres, sin que haya un nivel seguro de consumo. Se propone que el alcohol, al metabolizarse en el cuerpo, se convierte en acetaldehído, una sustancia que daña el ADN de las células y dificulta su reparación, lo que propicia su crecimiento descontrolado y la formación de tumores cancerosos. Además, el alcohol puede aumentar los niveles de estrógeno y receptores hormonales relacionados con este tipo de cáncer.
En México generalmente se diagnostica el cáncer de mama en mujeres con edades entre los 50 y 59 años. Sin embargo, desde 2012, el Instituto Nacional de Cancerología (INCan) ha registrado un incremento del diagnóstico en menores de 40 años. Esto se relaciona principalmente con comportamientos de riesgo como el abuso de alcohol y tabaco. Se sabe que las mujeres que consumen una bebida al día aumentan entre 5 y 9% el riesgo de desarrollar cáncer de mama en comparación con las que no consumen alcohol en absoluto. Este riesgo aumenta proporcionalmente con cada bebida adicional diaria, es decir, con la cantidad acumulada a lo largo de la vida.
En suma, la prevención del cáncer de mama no debe dirigirse solamente a mujeres de mediana edad o de edad avanzada, sino también a las jóvenes, en quienes el consumo de alcohol en exceso puede ser común. Para reducir el riesgo de este cáncer es esencial tomar medidas como evitar el consumo de alcohol, el tabaquismo, mantener una alimentación saludable y hacer ejercicio de manera regular. La reflexión consciente sobre estos factores es crucial en la lucha contra el cáncer de mama y en la mejora de la salud en general.
Fecha de publicación viernes 23 de febrero de 2024 / CIAD