Pueblo pima alza la voz contra la explotación minera destructiva en sus tierras Parte II

HERMOSILLO, SONORA.MX. PROFA. MARTHA ELVA GONZÁLEZ PÉREZ.— Las representantes pimas lamentan que su comunidad no sea consultada sobre los proyectos mineros impulsados por el gobierno y las compañías mineras, tampoco les han informado sobre los beneficios y perjuicios que se presentarán en el territorio pima a raíz de la extracción de los recursos minerales y energéticos del subsuelo de su territorio.

Alarmadas, inquieren:

¿En qué y en dónde está quedando el corazón de nuestro pueblo sonorense?

¿No es cierto que el tesoro más grande para nosotros es el pueblo, y la gran variedad de pueblos originarios con su cultura y espiritualidad desarrollada en el contexto de su entorno natural?

Sin lugar a duda, su presencia en la capital de Sonora obedece a razones de gran importancia no sólo para la comunidad étnica de que forman parte y su cosmovisión, sino para la población en su conjunto, están aquí, para defender los territorios sagrados sus derechos y, todo aquello que forma parte de su riqueza natural y cultural, para hacer un llamamiento a las autoridades gubernamentales y a los grupos mineros a respetar lo que legítimamente les pertenece. En esta expresión de sus ideas, dan cuenta del viacrucis a que han sido sometidos en su búsqueda de respuestas a sus interrogantes, señalan:

“Nos han recibidos la carta y otros documentos, les firman, les sellan, pero, nadie se ha sentado a platicar, a atender, a entender, desde hace dos meses se mueven entre varias dependencias, los mandan de aquí para allá y viceversa, pero, ninguna autoridad, les da la cara o ha hablado con ellos”.
Resaltan, primero fue el narcotráfico, que se ha instalado en algunas partes de la sierra y la ha convertido en territorio sin ley, incluso, ha cooptado a varios miembros de los pimas, mientras a otros no se les ha vuelto a ver. “En la sierra es más fácil escaparse, ocultarse, quizá por eso estén allá” ahora, llegan las empresas mineras, con sus promesas y con sus regalos”.

María Dolores Duarte Carrillo, gobernadora tradicional pima, externa con firmeza:

“Queremos que las empresas mineras hagan las debidas consultas a los pueblos en donde se quieran instalar, y que dejen de estar prometiendo dádivas, que respeten el tesoro más grande: la tierra, el bosque, los ríos donde puedan jugar sus hijos. Los hombres de nuestro pueblo que ahora van a trabajar a la mina de Mulatos están enfermando de cáncer, antes no teníamos esas enfermedades en nuestras comunidades. Ahora sí, y como no tenemos la costumbre de ir a los médicos, de tratarnos a tiempo, la gente muere. No queremos ser desplazados, no queremos que nos compren las tierras.

¿Qué ha pasado antes, en otros pueblos? Le venden los terrenos a las minas a 50, 60 mil pesos y se vienen a vivir a la ciudad. Al cabo de poco tiempo ese dinero se les acaba y viven de trabajo mal pagado, en la pobreza. Antes tenían su terreno y vivían libres en el campo. Ahora no tienen nada.”

Por otra parte, a la Consejera de Derechos Indígenas en la comunidad Pima de Maycoba, Blanca Gregoria Rentería Galaviz, lanza diversas interrogantes que ameritan oportuna respuesta por parte de los responsables de promover los proyectos mineros:
“¿Qué va a ser de nuestros bosques y ríos? ¿A qué nos orillan? ¿A que ya no seamos una comunidad pima, que venga una empresa minera y que diga los vamos reubicar? ¿Dónde están nuestros derechos? El derecho a la consulta, el derecho a la vida, a tener un ambiente sano, a la salud. ¿Por qué son tan quebrantandos los derechos de los pueblos indígenas? ¿Por qué nunca nos toman en cuenta?
Sentido reclamo, que en concordancia con lo expuesto Alejandro Aguilar Zeleny conduce a que el modelo actual en que se desarrolla la minería sea analizado con profundidad, ya que si bien parece cierto que sus efectos pueden ser positivos, al obtenerse recursos minerales, sus efectos perniciosos son de mayor duración y ponen en riesgo no sólo los derechos humanos, sino sobre todo el futuro de nuestra sociedad; sobre todo con miras a la gran cantidad de concesiones existentes y a los procesos en que cada uno de estos proyectos se lleva a cabo.
Para cerrar, es importante invocar una definición del Centro de Información de las Naciones Unidas, respecto del medio ambiente y el desarrollo sostenible:
El desarrollo sostenible puede ser definido como «un desarrollo que satisfaga las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades».
Las Naciones Unidas han sido pioneras al tratar el tema, enfocándose inicialmente en el estudio y la utilización de los recursos naturales y en la lucha porque los países -en especial aquellos en desarrollo- ejerzan el control de sus propios recursos naturales y, consideran que proteger el medio ambiente debe ser parte de todas las actividades de desarrollo económico y social. Si no se protege el medio ambiente no se podrá alcanzar el desarrollo.

Dirección electrónica: [email protected]
Twitter: @marelv_tita32
FECHA DE PUBLICACIÓN.18092016