EL REINO DE LOS SÁTRAPAS. Newton exhibe el corazón de los sonorenses
HERMOSILLO, SONORA. MX. GILBERTO ARMENTA. — El paso del huracán Newton por Sonora ha sacado lo mejor de los sonorenses.
Empalme y Guaymas fueron testigos, -en medio del desastre que les provocó-, de la solidaridad de los que menos tienen, para ceder sus espacios a favor de los que aún tienen menos que ellos mismos.
Para muestra un botón:
Sin importar que su casa estaba anegada de agua, una joven mujer de Empalme, reconociendo la necesidad de su anciana vecina, pidió con fortaleza, que le ayudaran primero a ella, – yo no estoy sola, y estoy joven, ella está sola y enferma, primero ella y luego yo – dijo.
Esta acción de elemental y sublime solidaridad, no pasó desapercibida para Claudia Pavlovich, la gobernadora, que en ese momento era la interlocutora entre ambas mujeres.
¿Imagina usted tener a la gobernadora Claudia enfrente, escuchándola, y en vez de pedir favores personales, pedir por las necesidades de su prójimo?
Eso sucedió en Empalme, y en Guaymas, y también en el Poblado Miguel Alemán, durante la visita de la mandataria y todo su gabinete, además de la presencia de Manuel Ignacio Acosta Gutiérrez, alcalde de Hermosillo, en el conteo de los daños por Newton.
Pero, esa reacción amigable de la población civil, es consecuencia evidente de lo que las acciones de gobierno provocan en ellos.
En los meses previos a la entrada de ese huracán a Sonora, los programas sociales han estado circulando por todo el estado, los de vivienda y los educativos, los sociales y los de salud, también los de carreteras y los de drenaje y tubería, los uniformes y el transporte público, entre muchos otros.
Importante también, y poco mencionado, el pago oportuno a proveedores, contratistas y prestadores de servicio, porque ese dinero pagado en tiempo y forma, representa el sustento diario de cientos de familias por todo el estado.
Y si le suma usted el esfuerzo bien concretado del área de comunicación, a cargo de Elda Molina Yépiz, que mantiene constante contacto con la comunidad a través de todos los medios al alcance, entonces, el resultado es ese: solidaridad a toda prueba del gobernado para con los gobernantes.
Y no es cosa menor conseguir esto.
Por eso, importante ha sido la atención de la gobernadora Claudia para con esa mujer desesperada que quiere ser escuchada, para con ese padre de familia que con ansiedad solicita apoyo para los suyos.
No se trata solo de tomar nota de lo que reportan, o de darle cauce a decenas de hojas que contienen las peticiones. Se trata, como ella lo hace, de inclinar el oído, de ver a los ojos, de sentir la necesidad como propia, de cruzar el brazo sobre la espalda de quien se acerca.
Por ejemplo, ahí, en el Poblado Miguel Alemán, Alan Esteban Díaz Osorio, el joven director de la escuela primaria Nueva Creación, del Ejido El Triunfito, le pidió ayuda para electrificar el plantel que, durante tres años, ha impartido clases sin luz en sus tres salones.
La respuesta fue inmediata. Primero la pregunta natural luego de la sorpresa. – ¿Cómo le hacen con este calor? – y la respuesta valiente, – pues nos aguantamos un poquito señora -.
Ahí mismo, mientras la gobernadora conversaba con el director escolar, Epifanio “pano” Salido, diputado del PRI, se contactó con el responsable de la CFE Zona Noroeste.
Ya al celular con él, enérgica, directa, sin preámbulos, la gobernadora Claudia habló y le pidió no solo apurar la re instalación del servicio en zonas afectadas, sino la solución especial a esta escuela rural que sufre mientras el gis mancha los pizarrones.
Al mismo tiempo, el alcalde “maloro” Acosta giraba instrucciones para sumarse al esfuerzo, y atender esa necesidad, mientras que Ernesto de Lucas, secretario de Educación, checaba los motivos vía celular por los que esa primaria en particular estaba sin luz.
El compromiso se signó ahí mismo. Pronto El triunfito tendrá su escuela electrificada.
Y como este ejemplo, las vivencias con colonos del poblado en mención se registraron por docenas.
En especial, la de la señora María Ramírez de la Rosa que, sin pesadumbre, abrió las puertas de su humilde vivienda.
En medio del agua encharcada en su patio, con el reflejo del calor en las viejas láminas de cartón negro de las paredes de su casa, le dijo – nosotros trabajamos muy duro, es difícil porque no alcanza, pero somos gente de trabajo -.
La gobernadora, atenta, escuchaba, y con rostro serio y mirada asertiva, daba instrucciones con solo voltear a uno y otro lado para con sus subalternos que, acostumbrados a eso, entendían pronto la señal y actuaban en consecuencia.
México se convulsiona en una crisis política, cansado de demagogia y falsas poses de los políticos.
Claudia Pavlovich Arellano es la contraparte a eso.
No hay frialdad diplomática en su corazón, ni rigidez institucional en su actuar.
Como ya se dijo arriba, saber inclinar el oído para escuchar con paciencia, echar sobre sus hombros la necesidad ajena, y ver al sonorense como prójimo más que como gobernado, es lo que está marcando la diferencia en este claudillismo convertido ya, en una clara ideología que muchos siguen ya con determinación.
FECHA DE PUBLICACIÓN.09092016