EL REINO DE LOS SÁTRAPAS: El padrecismo invade al PAN
HERMOSILLO, SONORA. MX.GILBERTO ARMENTA.— El partido Acción Nacional está cometiendo el error de considerar que, pasado el tiempo, la estela de corrupción de la administración estatal que presidieron en el pasado, quedara en el olvido.
El proceso electoral del 2018 está ya sobre la mesa, y quienes fueron pieza fundamental en el armado de la maquinaria padrecista, quieren estar más vigentes que nunca.
En el 2009, Javier Alcaraz Ortega era un timorato amigo y colaborador de Guillermo Padrés Elías, experto, según él mismo se definía, en mercadotecnia y estrategia política.
En ese año, las redes sociales como hoy se conocen eran incipientes, y a como diera lugar se debía aumentar la actividad en las mismas. Pero lo fuerte entonces era, sin duda, radio, televisión y prensa escrita.
El entonces senador Padrés Elías no tenía, con estos últimos medios de comunicación, una relación estable ni acercamientos que le garantizaran la proyección personal que necesitaba para sus aspiraciones políticas con la gubernatura.
Había que llamar la atención. Había que apostarles a otras estrategias. Había que hacer de la política el arte del escándalo medido. Si la puerta no se abría, el plan era tumbarla a patadas.
Y en eso, Javier Alcaraz Ortega resultó ser experto.
Primero, el establecimiento de la guerra de troles en el Twitter fue fundamental, y había que hacer lo mismo en Facebook.
Pero, distraído como siempre, el “chivo” como le dicen sus amigos, no midió con suficiencia este recurso con fines electorales, y sin descuidarlo del todo, concentro su capital y esfuerzo en la prensa escrita, argumentando que las planas de distintos medios, forzarían a la radio y a la televisión a voltear a ellos.
Entonces, el protagonismo en las declaraciones, la “otra cabalgata de blanco”, los descarados acrósticos como “Guirellmo prades”, el enfrentamiento a caballo contra escoltas del entonces gobernador Eduardo Bours, la promoción del voto a favor del PAN en edificios de gobierno, las promesas de campaña (nunca cumplidas), el obligar a delegados federales a aparecerse en actos de campaña, la brutal retórica de John Swanson, el signar compromisos con la grey católica por la mañana y con la protestante por la tarde, la aparición de bardas y espectaculares por todo el estado (que nunca pagaron) y una docenas más de barbaridades, convirtieron a Javier Alcaraz Ortega, en el gurú que dijeron, llevó a Guillermo Padrés a la gubernatura.
Él, Javier Alcaraz, es el artífice de la publicidad electoral del 5 de junio de 2009, cuando aprovechando la tragedia de la Guardería ABC, se encargó de llenar los espacios mediáticos en contra del PRI y su candidato, y a favor del PAN y del suyo.
Finalmente, del 2009 al 2015, se queda en la oficina desde donde orquestó toda la campaña oficial en contra de todo aquel que fuera opositor al gobierno de su amo, el ahora ex gobernador Padrés.
Pero ese fue también, al mismo tiempo, el sexenio de Hidalgo para él. La cantidad de dinero que ganó solo él la sabe, pero para la posteridad están sus excentricidades que incluyeron viajes al extranjero que jamás imagino haría, regímenes alimenticios que presumía en redes sociales. Fue el primero que, en los inicios del proyecto del Acueducto Independencia, presumió la posesión y operación de un dron de primera generación.
De pronto, convertido en experto en redes sociales, aprobaba y reprobaba tuiteros, se enganchaba en guerras contra ellos utilizando troles a su servicio, e hizo de la amenaza, la perfecta solución para quienes le resultaban un problema mediático.
Protagonizo contra Jorge Morales, hoy preso en el Cereso, una endurecida oposición, por no haberle permitido controlar las cuentas y contratos a medios de comunicación.
Favoreció, como buen padrecista, a cuanta familiar y amigo se pudo con plazas, licitaciones y contratos de honorarios a modo.
Junto a Mario Cuen (ex tesorero hoy en fuga y con orden de aprehensión), y Carlos Tapia (ex contralor y oficial mayor hoy en fuga), formó el “cuerpo colegiado” que juró y perjuró resolvería la crisis económica de 5 años y medio de administración, en los últimos seis meses de la misma.
Hoy, ese perfil perverso, se esconde detrás de la administración panista de Guaymas, detrás de su cuenta de Twitter desde donde ha atacado, como se espera de cualquier depredador, al propio (ahora se entiende) ex amigo memo Padrés y principales colaboradores.
Ha tenido el descaro, sin ser panista, de descalificar incluso al recientemente nombrado comité estatal del PAN.
Ese perfil obscuro y calamitoso, es el que ahora panistas están permitiendo influya dentro de sus filas.
¿Sera posible creer que, a falta de perfiles, Javier Alcaraz Ortega es visto como un recurso electoral vigente?
¿Tan perdido ven el 20018 que, “el chivo” les garantiza ganarlo?
Se pensó que el padrecismo y el panismo eran dos cosas distintas, pero los hechos están demostrando lo contrario.
@mensajero34 elmensajero.mx
(Fecha de publicación 07112016)