EL REINO DE LOS SÁTRAPAS. Padrecistas para el 2018
¿Conoce usted la diferencia entre honestidad e integridad?
Usted es honesto cuando regresa un celular que se encontró, pero si hurgó en la memoria para ver las fotografías y videos, entonces, se olvidó de ser íntegro.
Si usted cobra una remuneración por regresarlo, no es ni íntegro ni honesto.
Pero si lo regresa sin recibir nada a cambio, y sin haber revisado nada de lo ahí guardado, entonces, usted fue íntegro y honesto.
Luego entonces, Íntegro es comportarse de manera correcta por ideología; honesto es serlo para satisfacer a los demás.
En ese contexto, se puede decir que, del 2009 al 2015, muchos padrecistas no fueron ni honestos ni íntegros. O que pensando ser honestos, eran, al mismo tiempo, personas íntegras.
Mire, cuando Guillermo Padrés Elías designó a su gabinete, lo acusaron de falta de integridad, porque muchos de los nombrados no eran panistas de cepa, sino que dijeron, eran vulgares oportunistas.
Bernardo Campillo García, Jorge Morales Borbón, Javier Dagnino Escobosa, Javier Alcaraz Ortega, Clementina Elías Córdova, Luis Enrique Montejano y una ranfla más están en esa categoría, además de Roberto y José Arturo Dagnino Acuña que, sin ser funcionarios, ganaron más que siéndolo.
Ellos aceptaron el cargo, deshonestamente, sabiendo que no lo merecían por no ser panistas. Luego, perdiendo toda integridad, se hicieron militantes solo para cumplir con el requisito, sin conocer siquiera la ideología del PAN.
Muchos panistas, que hoy se desgarran las vestiduras, permitieron que eso sucediera, y aun mascullando entre dientes, guardaron silencio y dieron la media vuelta, sin atreverse a enfrentar al gobernador de ese momento.
Pero del 2009 al 2015, decenas de funcionarios perdieron todo vestigio de honestidad e integridad, cuando siendo testigos de la rampante corrupción que imperaba en las instituciones a las que habían sido asignados, agacharon la cabeza o compartieron las ganancias.
Hoy, todos ellos, panistas y padrecistas, se dan golpes de pecho, y salen a las redes sociales a prometer que el PAN es ahora la mejor opción para los sonorenses en futuras pizcas electorales.
Estos personajes, embriagados por la corrupción padrecista durante seis años, hoy tienen el atrevimiento de convertirse en jueces de la honestidad, y en ejemplos de la integridad.
Son estos grupos, padrecistas más que panistas, los que pretenden recorrer las calles de Sonora, intentando vender, de nueva cuenta, espejitos a los incautos electores.
Javier Neblina Vega, actual diputado federal, ex secretario de la Sedesson del 2009 al 2012 y diputado local del 2012 al 2015, es uno de los más férreos defensores del padrecismo. Se dice que quiere ser alcalde de Hermosillo.
Javier Dagnino Escobosa, actual diputado local, y ex funcionario padrecista del 2010 al 2015, hoy sueña con ser alcalde de Cananea. De ADN puramente padrecista, el PAN solo le interesa para que lo acuerpe en futuras elecciones.
La diputada local Célida Teresa López Cárdenas fue funcionaria del 2010 en adelante en la Sedesson y en la Cecop, y hoy se mueve oscilante entre la alcaldía de Puerto Peñasco, y la diputación federal del Distrito I. La ira la convierte en otra persona cuando se habla mal de Guillermo Padrés Elías.
Luis Ernesto Nieves Robinson Bours fue funcionario del 2009 al 2012 con Héctor Larios Córdova como secretario de gobierno. Luego, del 2012 al 2015, fue defensor del COMUN como diputado local. El “güero Nieves”, como le conocen sus amigos, coquetea con los grupos que lo empiezan a alborotar para que busque la alcaldía de Hermosillo.
Cuauhtémoc Galindo Delgado, como diputado local del 2009 al 2012, y diputado federal del 2012 al 2015, se tiño de padrecismo puro, y hoy como alcalde de Nogales, hace como que la virgen le habla con ese tema. Él quiere ir por el Senado en el 2018, y desde ahí, pavimentar rumbo al 2021 por la gubernatura de Sonora.
Luis Serrato Castell, hoy diputado local, fue señalado de utilizar recursos públicos en el 2012, cuando fue delegado de la SCT en Sonora, para financiar la campaña de su hermano José quien, al convertirse en diputado local, estuvo al servicio del trienio de la decadencia padrecista. Luis Serrato Castell quiere ahora competir contra Javier Neblina Vega por la alcaldía de Hermosillo.
Gildardo Real Ramírez fue correligionario del “güero Nieves”, de José Serrato y de Perla Susuki Aguilar en la defensa recalcitrante de Guillermo Padrés Elías. Real Ramírez quiere ser diputado federal a costa de lo que sea. El José y la Perla corren detrás de él.
Deben los anteriores padrecistas, ¿aparecer en las boletas electorales del 2018? Deben, en ese mismo sentido, demostrar que, cuando todos piensan lo contrario, ¿son honestos e íntegros?
Usted, ¿qué opina?