EL REINO DE LOS SÁTRAPAS: Sindicatos reducidos
HERMOSILLO, SONORA. MX.— Salvador Diaz Olguín, el dirigente del Sindicato del Ayuntamiento de Hermosillo, está equivocando el rumbo de su liderazgo, al suponer que la defensa de los trabajadores afiliados a una gremial como la que él representa debe darse en cualquier circunstancia, aunque esto represente defender o justificar violaciones a los reglamentos y a la ley de trabajo.
El pasado lunes 21 de agosto, un grupo de trabajadores sindicalizados, encabezados por el propio Diaz Olguín, marcharon por diferentes vialidades de Hermosillo, provocando caos vial en el recorrido, con la única consigna de defender a tres irresponsables empleados que, semanas antes, se habían negado a acatar instrucciones de trabajo.
Estos trabajadores venían desarrollando su trabajo dentro de la Dirección de Parques y Jardines, pero sintiéndose protegidos a priori por el sindicato al que pertenecen, se negaron a presentarse a trabajar en otra área, y desarrollar labores de apoyo por la contingencia que el municipio sufrió a causa de las torrenciales aguas de días pasados.
Mire usted, en pocas palabras, estos trabajadores no quisieron apoyar en limpieza y desazolve de campos deportivos, argumentado que ellos solo debían limpiar parques públicos.
La comisión del deporte, a donde habían sido reubicados, reportó que estos trabajadores no se presentaron a laborar durante cuatro días, y eso causó baja inmediata de la nómina municipal.
Y eso es justamente lo que Salvador Diaz Olguín está defendiendo, convirtiendo al sindicato del ayuntamiento en una defensoría de oficio de empleados que se niegan a cumplir con las instrucciones de trabajo que se les dictan.
Para entender esta situación, desmenuce usted toda la información:
Primero, lo empleados de Parques y Jardines (al que estos trabajadores dicen pertenecer exclusivamente), inician labores a las ocho de la mañana, y culminan a las tres de la tarde, pero suspenden labores a las dos, argumentado que les toma una hora trasladarse del punto donde hayan estado laborando, hasta el centro de trabajo donde deben checar tarjeta exactamente a las tres de la tarde. Si por cualquier circunstancia checan después de esa hora, exigen pago de tiempo extra.
Y si usted saca cuentas, podrá ver, con elementales matemáticas, que estos “sacrificados” trabajadores solo laboran ¡seis horas! que resultan insuficientes para terminar con la limpieza total de los parques en Hermosillo, pero si el ayuntamiento intenta contratar a cualquier empresa externa que apoye en estas labores, entonces Diaz Olguín se escandaliza, realiza sus acostumbradas marchas y protestas en contra de esa contratación externa, exigiendo que en lugar de eso, le paguen tiempo extra a sus muchachitos, para trabajar después de las dos de la tarde, e intentar (solo intentar) limpiar la mayor cantidad de espacio público.
Segundo, los empleados, todos ellos, están contratados por el Ayuntamiento y no por la Dirección de Parques y Jardines o por cualquier otra dirección municipal. Negarse a presentarse a otra área es inadmisible, y menos argumentar que al solicitárselo, el Ayuntamiento incurre en violaciones al contrato colectivo de trabajo.
Tercero, organizar una marcha, provocar caos vial, y utilizar megáfonos para defender a tres irresponsables que se sienten intocables, coloca al sindicato que dirige “el chava” como le conocen sus amigos, en una posición de intolerancia y cerrazón al dialogo para dirimir diferencias tal, que pone en riesgo la seguridad laboral misma de los sindicalizados.
Cuarto y último, el Ayuntamiento no puede ni debe someterse a las exigencias del sindicato, cuando este actúa de manera unilateral en temas laborales. Antes que cualquier estatuto sindical, está la ley de trabajo, y si hay violaciones a la misma, la defensa del sindicato se convierte en un mero acto de resistencia sin razón de ser.
En este caso en particular, bueno es considerar que los trabajadores del ayuntamiento gozan de privilegios sindicales que no tendrían en otro empleo. Se debe entender también que el sueldo que reciben – igual que los funcionarios municipales a los que luego se les señala por eso – también es dinero público que usted paga con sus impuestos.
Y si usted, con todo el derecho como hermosillense, exige al alcalde y al resto del gabinete municipal que trabajen, que den resultados o que renuncien, también debe exigir, en concordancia de ideas, que los empleados sindicalizados hagan bien su trabajo o que renuncien, en lugar de provocar y encabezar marchas y mítines exigiendo sorprendentemente que les permitan no trabajar, pero si recibir un cheque quincenal que, ante las evidencias, no se ganan con trabajo puntual.
Mal, muy mal el dirigente Salvador Diaz Olguín por permitir esto entre sus agremiados, considerando que esa es la labor de un líder sindical.
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(Fecha de publicación 22082017)