Rituales de cuaresma y semana santa en el Júpare, Sonora
HERMOSILLO, SONORA.MX. — Los rituales y ceremonias tradicionales de los grupos indígenas en el Noroeste de México, tienen un gran significado desde su cosmovisión y religión, asi como en la defensa de su territorio, de su organización social y su cotidianidad.
Estas tradiciones, constituyen formas de identidad que varían entre los ocho grupos originarios de Sonora, como lo son, los yoreme (mayo), yoeme (yaqui), o’ob (pima), macurawe (guarijío), comcáac (seri), tohono o’odham (pápago), kuapak (cucapá) y kikapu, de los cuales varios tienen carácter binacional por su condición fronteriza binacional.
“Uno de los emblemas más evidentes de la identidad mayo es su elaborado ceremonial, donde destaca la representación de la pasión de Cristo durante la cuaresma (waehma), celebrada únicamente por los mayos, además de los yaquis, ya que el resto de los grupos étnicos celebran sólo la Semana Santa”, mencionó el Dr. José Luis Moctezuma Zamarrón, investigador del Centro INAH Sonora.
Desde antes del miércoles de Ceniza comienzan los preparativos para el evento más importante del calendario ritual, que anualmente se realizan en esta comunidad indígena. A partir del primer viernes de cuaresma comienzan los contis o procesiones alrededor de la iglesia de muchos pueblos mayos. En ellos participan varios grupos rituales, la mayoría conformados por personas que han hecho una manda o bien sus padres u otros parientes la han efectuado por ellas. Entre estos grupos destacan los fariseos, por sus características tanto en el vestuario como en su actuación.
“El caso del El Júpare es muy ilustrativo de este ceremonial pues posee la mayor cantidad de fariseos de toda la región, que oscila en los últimos años en alrededor de 500 enmascarados y sus autoridades. Su papel se caracteriza por personificar la maldad, ya que son ellos los encargados de perseguir, apresar y matar a Cristo, representado en parte del ceremonial por las imágenes de los Cristos pequeño y grande, custodiados la mayoría del tiempo dentro de la iglesia, además del Viejito, personaje entre los miembros de la comunidad e incluso de fuera, que aparece el domingo de Ramos y que concluye su actividad el Jueves Santo, después de la llamada corrida del Viejito, realizada junto con los fariseos alrededor del camino del conti”, destacó el investigador.
Los fariseos son los encargados de cuidar el orden durante los contis y convertirse en seres aberrantes, al romper las reglas del orden establecido a través de sus bromas y juegos, algunos muy irreverentes como actuar como maestros rezanderos, bailar como pascolas y venado, así como vestirse de mujer el Viernes Santo, además de hacer, a través de pantomimas, alusiones sexuales mientras llevan puesta la máscara, debido a que tienen la obligación de no emitir sonidos guturales al andar enmascarados.
También existen otros grupos dentro de esta ritualidad yoreme, como los mandones, pilatos, fluteros, las verónicas que son mujeres jóvenes encargadas de cuidar las imágenes de Cristo y al Viejito; las Magdalenas, adolescentes que acompañan las imágenes femeninas. Las tres Marías (bahi Mariam), niñas que por su inocencia se encargan de atajar y purificar a los fariseos, lanzándoles pétalos de flores durante varios tiempos del ceremonial, junto con los tres Josés (bahi Reyesim [quienes se encargan de vencer a los fariseos]) entre otros personajes que en conjunto componen esta diversa ritualidad que existe en Sonora, durante esta época.
Este año ha sido muy particular a raíz de la pandemia del Covid 19. En los últimos viernes de Cuaresma, los contis se han hecho dentro de la iglesia y el último salió pero con el mínimo de integrantes. Para la Semana Santa que comienza la dinámica se plantea igual. Un mínimo de participantes y no las grandes cantidades de personas que se aglomeran año con año para participar u observar el ceremonial. Sin embargo, según las autoridades tradicionales, la tradición no se debe detener, como no se ha hecho incluso en tiempos de alta violencia, como durante la revolución. Ellos deben cumplir con su tradición, aunque están conscientes de hacerlo bajo los cuidados que dictan las autoridades de salud.
(PUBLICADO EL 06/04/2020)