Sophia, el supuesto robot humanoide más avanzado del mundo
Sophia aglutina apariciones en medios y publicidad e incluso tiene la nacionalidad saudí. Sin embargo, su Inteligencia Artificial ha recibido críticas por ofrecerse como algo mucho más avanzado de lo que realmente es.
Sophia cuenta con una cara hecha con una silicona especial patentada. Bajo ella, varios motores de muy pequeño tamaño mueven sus facciones para intentar expresar gestos humanos. Sus ojos son capaces de seguir la mirada de una persona gracias a reconocimiento facial, y puede responder a conversaciones más o menos avanzadas con humanos gracias a su Inteligencia Artificial.
Todo en el anunciado como el o la robot más avanzado del mundo ronda lo que hemos visto en cientos de relatos de ciencia-ficción: una mente artificial capaz de interactuar con humanos e incluso llegar a imitar sensaciones y empatía. Sophia lleva saliendo en diversos medios desde que fuera presentada al público en febrero de 2016. En los últimos meses su imagen robótica ha sido especialmente pródiga en España, donde protagoniza un spot sobre una marca de agua y también se ha pasado por el plató del programa El Hormiguero, al igual que ha hecho por tantos otros, incluyendo el show de Jimmy Fallon.
Su fama no se detiene en el asombro televisivo de un robot que responde con bastante acierto a interacciones de famosos, se ha convertido casi en un icono del futuro, de todo lo que la Inteligencia Artificial va a traer. Apareció en la portada de la revista ELLE, fue nombrada la primera «campeona de innovación» no humana de la ONU. E incluso Arabia Saudí le otorgó la nacionalidad en 2017 durante una de sus conferencias: una decisión un tanto paradójica dados los limitados derechos con los que cuentan las mujeres sauditas.
Por hacer, Sophia hasta se ha convertido en un meme cuando en una entrevista soltó -entendemos que a modo de broma, aunque tampoco es que su capacidad de expresar ironía esté muy perfeccionada- que quería “destruir a los humanos”. ¿Pero hasta qué punto es profunda su inteligencia artificial? ¿Es tan inteligente como parece o tiene más de producto de marketing? Hablemos de ello.
Sophia ha sido desarrollada por Hanson Robotics, empresa de ingeniería robótica con sede en Hong Kong fundada por el norteamericano David Hanson. Suya no ha sido sola la creación de Sophia, sino también de otros de los humanoides más inquietantes y realistas del mundo.
En 2005, durante un evento organizado por la revista Wire, fue expuesto por primera vez el conocido ‘replicante’ de Philip K. Dick. El androide no era más que una base de datos con patas que podía recitar y replicar con frases de los textos del escritor, y que servía como homenaje a su memoria. Sin embargo, su aspecto, tétricamente realista, impresionaba.
El ‘replicante’ de Dick. Hanson Robotics
Después llegarían robots similares inspirados en Albert Einstein, en primer lugar el HUBO, que era un robot con la cabeza de silicona del físico, y después el modelo Profesor, ideado para labores de enseñanza en clase. Todo había salido de la mente de Hanson, pero él en realidad no era ingeniero; sino más bien un artista con mucha imaginación.
Einstein Hubo. Hanson Robotics
David Hanson se tituló en Bellas Artes e hizo un Doctorado en la Universidad de Texas sobre artes interactivas. Desde la Universidad se interesó por la creación de esculturas hiperrealistas, y por la figuración humana de robots. Así, acabó trabajando para Disney en la creación de los animatronics que la compañía dispone por sus parques de atracciones: unas obras de arte en sí mismas por su extraordinario realismo.
Hanson coescribió en 2005 un artículo de investigación que exponía su visión del futuro de la robótica. En él defendía una tesis se parece mucho a lo que está pasando ahora con el robot Sophia.
Bajo el título, Trascendiendo el valle inquietante, Hanson se oponía a esta conocida teoría, que dice que cuando un humanoide se asemeja demasiado a la figura de un ser humano este comienza a causar rechazo, asegurando que estos prototipos pueden ayudar a entender mejor la idea sobre “lo humano” y animaba a experimentar con ellos.
El creador intelectual de Sophia y de su parte anatómica es por lo tanto más un excelso artista de los animatronics que se ha volcado en la robótica, llegando a patentar la piel de goma flexible basada en silicona que cubre la cara de sus robots y que lo hacen tan realistas.
(Publicado el 16/07/2019 /VÍCTOR MILLÁN-HIPERTEXTUAL)