UBER, otra modalidad de mafia del transporte
HERMOSILLO, SONORA. MX.— El conflicto de taxistas y UBER, que afectó a miles de hermosillenses durante un fin de semana completo, fue el marco ideal para entender lo que, en el ejercicio del poder, todo gobierno debe hacer.
La gobernabilidad, como tal, es una acción que garantiza, para todos los gobernados, un estilo de vida en absoluta paz. Punto.
En ese sentido, la lucha por el control del transporte de pasajeros, y las ganancias económicas que esto deja, estuvo a punto de romper con la paz social, cuando distintos gremios de taxistas tomaron las vialidades en dos ocasiones, afectando a miles de hermosillenses, además de mostrar total intransigencia en las negociaciones, demandando beneficios imposibles de otorgar, algunos de ellos, con evidente tinte político y partidista.
La acción del gobierno fue contundente.
El desalojo, con apoyo de la fuerza pública, fue la solución que se tomó de inmediato y, para sorpresa de muchos, con total aprobación de la ciudadanía.
Los taxistas perdieron ante la falta de organización e inteligencia en su demanda, y con eso, le abrieron espacio a la empresa UBER en México.
Pero, si los taxistas fueron intransigentes, esta nueva modalidad de transporte, la de UBER, lo empieza a ser igualmente.
No puede, ninguna empresa comercial, del giro que ésta sea, imponer condiciones de operación, negociar con las leyes o las reglas, o violar acuerdos iniciales que, en su momento, hayan permitido el arranque de la misma.
Eso, sistemáticamente, también representa ingobernabilidad.
Una forma, la más común, de romper con ésta, es bloquear calles y avenidas, provocar caos vial, confrontar a la ciudadanía, y afectar derechos e intereses de terceros con esto.
Una segunda, que sigue a la anterior, es presentar pliegos petitorios que, en contextos normales de gobierno no se pueden cumplir, y luego, tomar esa respuesta de gobierno como una negativa de apoyo a la ciudadanía.
Las dos anteriores las ejercieron los taxistas, y el gobierno municipal de Hermosillo, y el estatal de Sonora, impusieron su decisión, y los retiraron a la fuerza de las calles que bloqueaban con sus unidades.
Pero una tercera, que ahora está ejecutando UBER de México en el mismo municipio, es la de aprovechar la disyuntiva del apoyo ciudadano para intentar, burlonamente, operar fuera de los esquemas de la ley y de reglamentos que, a otros, dedicados al mismo giro, si se le aplican.
Luis Irieta, coordinador de UBER en Sonora, dijo, despóticamente, que ellos no se doblarían ante la autoridad estatal, si ésta autoridad no se doblaba ante ellos primero.
Aparentemente, presentaron una propuesta ejecutiva inicial para obtener la aprobación de la operación en Hermosillo, pero sobre la marcha, y viendo el potencial económico de este tipo de tranposte, ahora pretenden cambiar las reglas para conveniencia de ellos mismos y mostrando evidentes intenciones de monopolizar este servicio en Hermosillo.
¿Qué es lo único que el gobierno del estado les exige?
Que presenten un listado de socios y choferes, además de comprobar las garantías de protección al usuario, y también apegarse a la modalidad de pago con tarjeta bancaria.
¿Qué es lo que UBER demanda?
Que el gobierno del estado no se meta con ellos, que los deje cobrar en efectivo, operar sin regulación, y que los miles de unidades que ya circulan en Hermosillo, no sean molestados en absoluto.
Uno de los atractivos que este servicio ofrecía, era el cómodo y lujoso pago con tarjeta, con cargo automático a la misma, previo acuerdo entre UBER y el usuario, con la contratación gratuita de la aplicación en nuestros celulares. Eso le daba un plus interesante al servicio.
Pero que UBER diga hoy, que aquellos que no tengan tarjeta bancaria también tienen derecho a usar UBER, es una falacia.
Todas las familias de Hermosillo tienen en casa por lo menos una tarjeta bancaria, de crédito o débito vigente, que podrían usar bajo la modalidad de recarga.
Por eso, la intención evidente de UBER es apropiarse del mercado, para después, sin la regulación del estado, hacer del servicio del transporte de personas una mafia peor a la que existe en los gremios de taxistas. Al menos esa es la intención que muestran ante la negativa de reconocer al gobierno estatal como ente regulador del servicio.
Eso, bajo ninguna circunstancia, se puede permitir.
Uber otorga un servicio de calidad excepcional, económico, eficaz y rápido. Sus unidades son de primera, en excelentes condiciones mecánicas, y la APP permite, cómodamente, estar en control absoluto del servicio que el usuario recibirá.
Pero todo esto podría ser temporal si, como se percibe, UBER logra desplazar a la mafia de los taxistas, para convertirse ellos en la nueva mafia en control del transporte de pasajeros en Sonora.
Los taxistas se equivocaron en su estrategia de protesta, UBER está haciendo lo mismo en la de posicionamiento.
@mensajero34 elmensajero.mx
(Fecha de publicación 03102016)