VOCES Y AUSENCIA+ Dedicado a Ernesto Gutiérrez Ayala, el reportero de la comunidad
Me entero de que este martes 13 falleció el amigo y periodista Ernesto Gutiérrez Ayala, fundador y director general de un portal de noticias que ya es un referente del periodismo digital de nuestra ciudad y estado y no puedo menos que dejarme llevar por los recuerdos, las anécdotas y mirar con respeto una trayectoria basada en el esfuerzo.
Nos conocimos en la redacción del recién inaugurado periódico Información de Abelardo Casanova y, pronto, el saludo casual se convirtió en amena charla que en compañía del entonces joven reportero Francisco Rodríguez pasó a ser reunión amistosa.
Con el tiempo, tanto Ernesto como Francisco, fundaron sus propios medios digitales y marcaron pautas de modernidad y frescura informativa que puso a prueba sus capacidades periodísticas y administrativas en el mundo complejo y competido de las nuevas voces en forma de portales noticiosos.
Por mi parte, seguí el llamado de mi profesión y, como queriendo conservar la dimensión de lo real en movimiento, continué en contacto con los medios en calidad de colaborador editorial.
A la fecha ha pasado mucha agua por debajo del puente que construyeron los medios alternativos a la prensa corporativa, dejando de lado las prensas, el papel, la tinta y las cadenas de distribución para dar el salto electrónico que se manifiesta en las pantallas de las computadoras, en las bandejas de mensajería y en las redes sociales.
Mi amigo Ernesto me abrió una puerta nueva y llena de posibilidades y riesgos para el ejercicio de la libertad de expresión y el derecho a la información.
De posibilidades, porque ahora el mundo gira en torno a la digitalización de la información y a las maneras más eficientes y rápidas de transmitirla; de riesgos, porque la velocidad de las interacciones son el mejor camino al error, a la distorsión de la realidad y a la manipulación tanto de escenarios como de emociones. Aquí, no todo lo que brilla es oro ni todo lo que está escrito es cierto.
Lo que es innegable es que los buenos oficios periodísticos a veces chocan con ciertos intereses que, para colmo, cuentan con personeros con mucho dinero, recursos sociales y políticos y forman parte de una red que pretende controlar y administrar la verdad, porque la verdad que emerge de la realidad no necesariamente tiene cabida en la trama que cubre las espaldas y lava la cara de los poderosos.
Puedo decir que Ernesto aprendió a navegar en aguas embravecidas y surfear con propiedad en el oleaje de la vida cotidiana.
Le estoy agradecido por publicar algunas de mis opiniones alejadas de lo políticamente correcto, incluso de su propia manera de interpretar determinados escenarios políticos locales y regionales.
Fueron alrededor de 20 años de colaboración donde lo esencial era retratar una coyuntura compleja y a veces contradictoria, una realidad que se mostraba a veces evasiva para el ojo del observador. Aquí, lo importante es el respeto y la consideración al lector y el esfuerzo por honrar la verdad.
El mundo que deja Ernesto es un mundo donde la lucha por el poder y las riquezas pasa por alto la humanidad, desprecia la libertad y el derecho de los pueblos a vivir en paz y con libertad; los intereses financieros y militaristas ahogan la política que se revuelca en el fango de su subordinación al dólar y la dominación unipolar.
Ernesto ya no verá más el genocidio disfrazado que se perpetra sobre el pueblo palestino, ni la depredación que se realiza en el sur global por las potencias que fueron coloniales y que ahora reverdecen laureles.
Ya no sabrá del derrumbe moral y financiero de Europa y la tragedia de padecer un cinturón de hierro que se estrecha peligrosamente sobre Europa, África, Latinoamérica y Asia en forma de bases militares gringas y acuerdos y tratados que subordinan la voluntad de los pueblos a las expectativas de lucro y control geopolítico del planeta.
Ni del descrédito y derrumbe moral definitivo de organismos internacionales como la ONU y la OEA, no al servicio de la paz y el diálogo respetuoso entre las naciones, sino a favor de la desestabilización golpista y la intervención de los gringos y socios en los asuntos de la exclusiva competencia de las naciones soberanas, como es el caso de Venezuela.
Tampoco verá el desenlace de la lucha por un mundo plural, multipolar, donde cada nación cuente y se respete el derecho internacional y la soberanía de los pueblos, aunque en la actualidad, el grupo de los BRIC ya luce como la gran esperanza y el proyecto que permitirá establecer el equilibrio y la paz internacional fuera de la hegemonía del dólar y su estela de violencia y corrupción.
Extrañaremos a un amigo generoso y un buen comunicador, siempre atento al acontecer informativo de este complejo mundo donde nos tocó vivir. Que en paz descanse.
http://jdarredondo.blogspot.com
Fecha de publicación jueves 15 de agosto de 2024